La vicerrepresentante norteamericana de Comercio, Charlene Barshefsky, que desde hace tres días preside la delegación de su país en la última ronda de conversaciones para prevenir la piratería de filmes, música y programas de ordenador, se entrevistó ayer con la ministra de Comercio Exterior china, Wu Yi, y con su colega de Ciencia y Tecnología, Song Jian.
Ambos interlocutores chinos hicieron gala de su deseo de llegar a un acuerdo y señalaron que China persigue la piratería de patentes, marcas registradas y derechos de autor porque perjudica a la propia industria de su país, aunque EEUU afirmó en repetidas ocasiones que eso es mera retórica y que en la práctica no se toman medidas al respecto.
Wu le dijo a Barshefsky, con la que mantuvo una entrevista menos cordial que la celebrada entre la representante estadounidense y Song, que esperaba un buen resultado de esa ronda de conversaciones.
Casi al mismo tiempo, ocho compañías cinematográficas estadounidenses se querellaban ante un Tribunal de Pekín contra dos almacenes de la capital que vendían videodiscos laser de sus filmes pirateados por empresas clandestinas chinas.
El Tribunal escuchó durante 90 minutos los argumentos acusatorios de las compañías estadounidenses (Universal, Paramount, Columbia, United Artists, Disney, Tri-Star, Twentieth Century Fox y Warner Bros) pero no tomó una decisión sobre los 50.000 yuanes (5.950 dólares) de indemnización mínima por daños y perjuicios pedida por los querellantes.