El siguiente es el texto de la carta: Colombia y otros países alrededor del mundo, que reciben ayuda de Estados Unidos para combatir el problema de la droga, deben ser certificados anualmente con el fin de continuar obteniendo esta ayuda al igual que otros beneficios.
Las dos entidades que firman esta carta, la Cámara de Comercio Colombo-Americana y el Consejo de Empresas Americanas-CEA, ambas organizaciones apolíticas establecidas para ayudar a promover el comercio e inversión entre Estados Unidos y Colombia, reconocen que el abuso de la droga y su tráfico es un problema mundial y a pesar de los esfuerzos realizados hasta ahora, nos queda mucho por hacer.
Nuestro sentimiento es que una de las vías más efectivas para lograr la meta de disminuir el problema de la droga es a través del intercambio comercial y de inversión éticos. El comercio y la inversión existente por décadas entre Colombia y Estados Unidos, principal socio comercial y de inversión de Colombia, es un comercio que ha producido durante los últimos tres años un superávit comercial para Estados Unidos.
Por esta razón, nuestras organizaciones que representan a más de ochenta de las compañías americanas establecidas en Colombia, cerca de novecientas firmas colombianas y otras multinacionales que tienen negocios en gran parte con Estados Unidos, encuentran de trascendental importancia el que usted apoye la certificación para Colombia en 1995. Este sería un acto muy positivo y, sin duda alguna, del interés de todo el mundo. Nosotros estamos totalmente convencidos de que una decisión diferente podría crear grandes problemas para ambos países.
Uno de los problemas que puede surgir si Colombia no es certificada sería un efecto negativo en la economía colombiana y la estabilidad social, a raíz de posibles restricciones sobre los préstamos internacionales, que a su vez afectaría a varias compañías (incluidas firmas americanas en Colombia). Otro problema podría ser la posible pérdida de las preferencias comerciales andinas, que benefician no solamente a los exportadores locales sino también a las firmas estadounidenses que suministran al país materias primas y piezas, además de ofrecerle al consumidor estadounidense precios más bajos con respecto a las importaciones colombianas.
Finalmente, una decisión negativa podría ir en detrimento de la gran mayoría de personas que obtienen su diario sustento por medio de un trabajo honesto y arduo y quienes tradicionalmente han sido amigos de Estados Unidos.