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EL SUBSIDIO, UN ARMA EFICAZ CONTRA PIRATAS

El subsidio para vivienda de interés social, proyecto que arrancó hace dos años, en julio de 1991, entra en una etapa de evaluación. Al consultar a un grupo de constructores, algunos lo consideraron un avance social que no admitía críticas, mientras otros insinuaron cambios. Son posiciones que reflejan la diferencia de objetivos que existen en el marco de la vivienda de interés social. Mientras unos hacen énfasis en la importancia de los lotes con servicios, otros se inclinan por la vivienda completa o la semicompleta. También difieren en la modalidad, pues mientras un sector prefiere las casas, otros optan por las soluciones multifamiliares.

Redacción El Tiempo
Fuimos los primeros en presentar un proyecto al Inurbe -recordó Gabriel Díaz, gerente de Oikos Inversiones- y resultó un éxito. El paso del Instituto de Crédito Territorial (ICT) al Inurbe fue positivo pues nos permitió entrar de manera más agresiva en la vivienda popular .
Díaz, quien defiende la entrega de lotes con servicios, aunque no está en contra de la vivienda completa, criticó al Gobierno por su temor a darle más amplitud a la propuesta de lotes.
Insistió en que si el subsidio se volcara a éstos y ampliara los recursos entregados, se solucionaría en cinco años un problema que en la actualidad puede tomar 50 años.
Sin embargo, otros no comparten su opinión. Así lo expresó Juan Manuel Canales, gerente de Agrícola de Inversiones, una empresa a la que no le dio resultado el programa de lotes, ante el miedo de construir de mucha gente, y por ser una solución parcial.
Canales no criticó el subsidio. Al contrario, lo consideró un gran avance social que hay que impulsar y darle el mérito que corresponde. Consideró que los constructores aprendieron mucho y se facilitó la construcción en masa, aprovechando la industrialización y el manejo de economía en escala para sacar precios de vivienda cómodos para la clase media y baja.
Otro aspecto importante fue que nos permitió competir contra el urbanizador pirata -explicó-, pues nuestros precios se acercaron a los de aquel y nos hizo más competitivos, además de garantizarle al comprador la instalación de los servicios y la atención inmediata a sus consultas .
Canales, al igual que otros constructores que elogiaron el subsidio, concluyó que los problemas estaban en la especulación de la tierra y la deficiente respuesta del Estado para ofrecer los servicios públicos.
Un punto en el cual coincidieron todos, fue la crítica a la tramitología en Bogotá, en contraste con el resto del país donde la agilidad es evidente. Un cuello de botella que bloquea la expectativa de muchos, que al final encuentran que no está disponible lo solicitado inicialmente.
Algunos se detuvieron en la contradicción que surge cuando el Inurbe exige que el aspirante gane menos de cuatro salarios mínimos ($330.000 con el anterior salario) para acceder al subsidio, pero no clasifica para el préstamo de la corporación que exige tres veces la cuota mensual ($594.000), suma que a su vez impide clasificar para el subsidio.
Los constructores concluyeron que la franja de opcionados que pueden cumplir con las dos exigencias es muy reducida. Pidieron replantear este aspecto para evitar la deserción de mucha gente que prefiere esperar una próxima oportunidad para tener su techo propio.
El subsidio familiar, un producto de calidad
El subsidio familiar de vivienda, SFV, es un producto de calidad Inurbe, diseñado con el objetivo de acompañar y legitimar la adquisición y producción de soluciones de vivienda de interés social. De esta manera, la entidad responde a la demanda de las familias colombianas de menores ingresos con el subsidio directo.
Existen dos tipos de subsidio: para programas individuales y para los asociativos. En el segundo, el valor de la solución es de 50 salarios mínimos legales a precios de 1994 como máximo, mientras que para los programas individuales existen distintos valores.
De esta manera se entrega el valor de 100 salarios mínimos legales en los municipios de 0 a 100 mil habitantes y aportes del 5 por ciento. Son 120 salarios en los municipios de 100 mil a 500 mil habitantes con aportes del 10 por ciento. Y 135 salarios mínimos legales en los municipios de más de 500 mil habitantes. En este último caso los aportes son del 15 por ciento.
Los requisitos para disfrutar del subsidio en programas individuales son tres:
l. Que ninguno de los miembros de la familia tenga vivienda propia.
2. Que el ingreso total de todos los miembros sea igual o inferior a 4 salarios mínimos legales.
3. Que los aportes sean como mínimo del 5, 10 y 15 por ciento.
Para programas asociativos, ninguno de los miembros de la familia debe tener vivienda; que el plan tenga como mínimo cinco soluciones; que la asociación tenga personería jurídica; que el ingreso total de todos los miembros de la familia sea igual o inferior a 4 salarios mínimos legales y que el aporte en dinero y/o en materiales sea como mínimo del 5 por ciento.
Panorama que muestra buenas soluciones
Intentar presentar una visión total de los constructores que trabajan con el programa de vivienda de interés social es tarea de nunca acabar. Sin embargo, es posible resaltar la actividad de dos empresas que abarcan todo el abanico de soluciones.
Una de ellas es Agrícola de Inversiones, que en la actualidad tiene obras en Chaparral, Algeciras, Ibagué y Chinchiná.
En Chaparral está la urbanización Villa Café (nombre insignia de los programas en el Viejo Caldas) con precios desde $7.800.000 para casas completas. También ofrece la casa embrión de $4 millones.
En Algeciras, las casas en Villa Café tienen precios desde $5.600.000 y la embrión supera los $3.400.000. También dispone de lotes con servicios a un precio de $1.280.000.
Ibagué, capital del Tolima, también es escenario de los programas de Agrícola de Inversiones. Es así como dispone de su urbanización Villa Café con precios que van desde los $15 millones y apartamentos que superan los $11.700.000.
Por último, se destaca Chinchiná con la urbanización Rincón Campestre, cuyas casas de $16 millones se alternan con otras de Villa Café cuyo costo es de $10 millones.
Otra entidad es Oikos Sociedad Inversiones S.A. con su especialidad de lotes con servicios. Fue un trabajo efectuado en el suroriente de la capital del país donde se destacaron las urbanizaciones La Península y Horacio Orjuela.
Se trató de ofertas de lotes con servicios cuyos precios iban desde un millón y medio hasta los cuatro millones. En ambas urbanizaciones se vendieron todos los lotes, de los cuales La Península ofrecía 600, mientras que Horacio Orjuela dispuso de 800 lotes
El precio, al igual que en el caso de las propuestas de Agrícola de Inversiones, se mantuvo durante todo el año. El reajuste, cuando fue necesario, se hizo al inicio del año para coincidir con el del subsidio.
En el caso de los lotes con servicios, el subsidio fue al principio de $800.000 y al final ascendió a $1.200.000.
Redacción El Tiempo
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