Hace dos meses, 300 periodistas de varios países (Argentina, Brasil, Perú, México, Estados Unidos, Chile y Colombia) fueron convocados en Buenos Aires por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), para debatir en el II Congreso de Calidad Periodística sobre el impacto de la calidad periodística en la calidad democrática.
Los expositores resaltaron la importancia que tiene el trabajo del periodista en la participación o la indiferencia cívica de los ciudadanos y animaron a los participantes a discutir de qué manera los medios de comunicación pueden mejorar su acción en beneficio de la sociedad. Como la mejor manera de optimizar la práctica cotidiana del periodismo es reflexionar, discutir y compartir experiencias, la Defensora considera importante dar a conocer algunas de sus conclusiones: * Autocrítica. Importancia de mejorar en las redacciones el control de los errores y la obligación de reconocerlos y brindar el derecho de réplica.
* Capacitación. Necesidad de promover en las empresas el profesionalismo de los periodistas.
* Relaciones con las fuentes. Profesionalizarlas, para evitar ser manipulados por grupos de interés. Combatir la declaracionitis, como definió el periodista argentino Daniel Santoro, la mala costumbre de limitarse a reproducir declaraciones, sin mayores cuestionamientos.
* Periodismo investigativo. Optimizar el trabajo con una metodología más científica, que mejore la capacidad para indagar no solo sobre los asuntos públicos sino sobre los privados. Pasar del modelo Watergate al modelo Enron, fue la frase utilizada para señalar que en la corrupción no solo está involucrada la mano que recibe sino también la mano que da.
* Agendar los temas públicos. La calidad informativa no se refiere únicamente al rigor o al equilibrio; implica también que los periodistas se ocupen de aquellos temas que tienen más impacto en las comunidades y que muchas veces quedan ocultos porque sus víctimas no tienen oportunidad de hacerse oír.
* Independencia. Distinguir entre el negocio de las noticias y la profesión de periodista. El académico estadounidense Edward Wasserman recalcó: Son interdependientes y están unidos en un matrimonio estable, pero no siempre armonioso. Explicó que la independencia es, a la vez, un activo y una amenaza para las empresas noticiosas: sin independencia, no tienen credibilidad; pero el exceso puede afectar las relaciones del negocio.
Tras más de veinte paneles realizados en la Universidad de Palermo, en Buenos Aires, quedó en claro que toda democracia requiere un periodismo que cumpla a cabalidad su función de proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para tomar sus propias decisiones y la orientación necesaria para comprender la compleja realidad en que viven. Esto, en pocas palabras, significa que el oficio periodístico debe ejercerse bajo la premisa ética de la información como bien público