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Viaje al tenebroso ‘Triángulo de las Bermudas’ bogotano

Desde hace ocho meses, al sector de la Avenida Jiménez con carrera tercera, frente al parque de los periodistas, en pleno eje ambiental, lo apodan el ‘Triángulo de las Bermudas’.

ESTEFANÍA COLMENARES H. REDACTORA DE EL TIEMPO
Todo el que pase por allí después de las seis de la tarde se expone a ser
víctima de una banda de menores de edad que se adueñó del sector y que a
punta de puñal atraca a estudiantes, turistas y transeuntes para apoderarse
de celulares, I Pods, dinero y hasta computadores portátiles.
Sus miembros tienen entre 13 y 16 años, bajan de los barrios Egipto,
Germania y La Concordia, y comienzan a ‘operar’ apenas empieza a oscurecer.
Su método es simple. Se dispersan en grupos de dos o tres y se esconden
detrás de los árboles del lugar para escoger, desde la penumbra, a su
próxima víctima.
Son las 10 y media de la noche y la banda fija un nuevo blanco: un hombre
delgado de casi 1,90 metros de estatura y con claro aspecto de extranjero.
Su nombre es Eric Keane*, un profesor de inglés que desde hace 6 meses vive
en La Candelaria y que camina con total tranquilidad hasta que entra al
‘Triángulo de las Bermudas’.
Uno de los atracadores se acerca a Eric (estadounidense) sin que él lo note
y lo coge bruscamente por uno de los bolsillos de su pantalón. El extranjero
intenta liberarse, pero en cuestión de segundos otros siete jóvenes se
abalanzan sobre él como micos sobre un árbol, y lo derriban.
Ya en el suelo Eric entiende perfectamente que no hay nada que hacer y por
eso levanta sus dos brazos en señal de sumisión, mientras los siete
atracadores lo esculcan frenéticamente.
En dos minutos todo ha terminado y los ladrones huyen con el reloj de Eric,
que se levanta tembloroso, mira su billetera y reanuda su marcha.
“No es la primera vez que me pasa –dijo minutos después a EL TIEMPO–. Hace
poco me la hicieron los mismos niños. Por eso no cargo mucha plata ni cosas
de mucho valor”.
Mientras lo robaban, los demás transeúntes miraban asustados y apuraban el
paso. Pero nadie hizo nada para defender a Eric, porque todos temen terminar
‘chuzados’ por esta pandilla, que opera en un punto, donde confluyen
estudiantes de 10 universidades.
De hecho, solo cinco minutos después, la banda reaparece en el lugar y los
jóvenes toman posiciones para atacar a una nueva víctima.
Según cuentan los propietarios de los comercios cercanos, cada tres o cuatro
horas, dos hombres motorizados llegan al sector y recogen toda la mercancía
que estos menores han robado.
Por esa razón, la Policía tiene problemas para arrestarlos, pues los jóvenes
solo pueden ser procesados si son atrapados en flagrancia o con los objetos
robados.
El mayor Nélson Arévalo, comandante de la estación de Policía ubicada al
lado de la U. de los Andes, y a escasas cuatro cuadras del llamado
‘Triángulo de las Bermudas’, explica: “Nos enteramos del caso hace dos
semanas por un comité con los estudiantes. Y la semana pasada arrestamos a
cuatro. Pero normalmente no les podemos hacer nada, porque cuando los
agentes los capturan nunca les encuentran nada de lo que han robado”.
‘Me están dañando el negocio’
Daniel, administrador de un comercio cercano, cuenta que esa situación le
está dañando el negocio y que le ha ahuyentado mucha clientela: “La gente ya
no se atreve a pasar por aquí”.
Y dice que él y otros propietarios temen por lo que puedan hacerles los
miembros de la banda. Al punto de que Daniel hoy prefiere cerrar temprano su
negocio, para evitarse problemas.
Por la banda, este comerciante se ha visto obligado a tomar medidas de
seguridad extremas, como cambiar de parqueadero cada noche para que no sepan
donde está su carro. Mientras que otro de los propietarios del sector
prefiere dormir en su negocio antes que salir a buscar su carro cuando
cierra tarde.
bogota@eltiempo.com.co
*Nombres cambiados para proteger a los afectados.
ESTEFANÍA COLMENARES H. REDACTORA DE EL TIEMPO
icono el tiempo

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