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INICIAN JUICIOS A INVESTIDURAS DE CONCEJALES

Después de casi dos años de haber hecho hasta lo imposible, Carlos Arturo Acevedo Avila está por fin a pocos días de ver hecho realidad su sueño de posesionarse como concejal de Ibagué, no importa que su período ya esté a punto de vencer. La insólita carrera se inició el 13 de marzo de 1992 cuando Acevedo aspiró en el segundo renglón al Concejo ibaguereño, para el período 92-94, en la lista conservadora que encabezó la ex juez Martha Cecilia Medina Sotelo.

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Medina, quien finalmente resultó electa, estaba siendo investigada por el delito de concusión por presuntas irregularidades cuando se desempeñaba como Juez Penal Municipal de Ataco (Tolima).
La investigación penal se inició a raíz de la denuncia de Ederly Olivera Useche, quien acusó a la juez de exigirle el pago de 100.000 pesos para que dejara en libertad a su hermano Alvaro Olivera Useche, detenido a cargo de Medina por lesiones personales.
Según la denunciante, ella sólo cumplió parcialmente con el pago y su hermano fue dejado en libertad, pero la juez le siguió insistiendo para que completara la suma que había prometido.
Finalmente, tras el proceso, Medina Sotelo, siendo ya concejal, fue condenada.
El 4 de Febrero de 1993 la Sala penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial del Tolima profirió el fallo y la condenó a 10 meses de prisión e interdicción de funciones públicas.
Como sanción accesoria -consigna la providencia- se le impone la pérdida de empleo público u oficial que la inhabilita hasta por cinco años para desempeñar cualquier cargo en la Administración Pública, en la Rama Jurisdiccional o en el Ministerio Público .
No obstante, el Tribunal le reconoció la suspensión de la ejecución de la sentencia durante un período de prueba de dos años con presentaciones mensuales a la justicia y le ratificó la libertad provisional.
Ante esta situación, Medina Sotelo tuvo que abandonar su curul en el Concejo y dejó de asistir a las sesiones. Desde ese momento empezó el calvario para Acevedo que, no obstante la condena del primer renglón de su lista, hasta el momento no ha podido ocupar su puesto en el cabildo.
Acevedo inició, por todos los medios, la lucha para llegar al Concejo. Todos los días va ante la Presidente del Concejo, Mireya Tovar de Moncaleano, para ver si ya puede ocupar la codiciada silla, pero nada.
Se despeja la vía
A finales de 1993 Acevedo vio una esperanza y fue ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca para que, por medio de una tutela, se le concediera el derecho a posesionarse, pero la acción le fue negada.
Hace poco más de dos meses algunos seguidores suyos, a modo propio, intentaron también, por vía de la tutela, conseguir que el frustrado concejal por fin pudiera posesionarse, pero también fracasaron.
Ni la Procuraduría General de la Nación ni la Provincial de Ibagué, ante las cuales también acudió no sólo él sino la Presidente del Cabildo en busca de que se hiciera efectiva la posesión, le resolvieron la situación.
Ni siquiera lo logró tras una consulta elevada ante el Ministerio de Gobierno que conceptuó que la señora Medina Sotelo, al estar en interdicción judicial de derechos y funciones, debía salir del Concejo de Ibagué.
Ante su insistencia en procura del cargo, la señora Tovar de Moncaleano le presentó al Tribunal Administrativo de Cundinamarca la primera demanda por pérdida de investidura para un concejal que se hace en el país. La afectada con su solicitud fue Medina Sotelo.
Con base en esta actuación y a pesar de que el Tribunal inadmitió la solicitud de pérdida de investidura, puesto que ésta ya había operado automáticamente tras la interdicción de funciones, ayer el camino para el frustrado concejal, parece que quedó por fin despejado.
Con ponencia de la magistrada Miryam Guerrero de Escobar, el Tribunal dijo que, de acuerdo con la ley que moderniza y organiza el funcionamiento de los municipios, la declaratoria de interdicción judicial para un concejal, en firme, proferida por parte del juez competente, conlleva a la pérdida automática de la investidura para el mismo .
Lo que sucedió fue que la silla de concejal se quedó vacía. Pero como tiene que haber alguien que la ocupe, le corresponde al segundo que se inscribió, en este caso Acevedo.
Ahora le toca a la Presidente del Concejo de Ibagué suspender a Medina Sotelo y dejar en la silla a Acevedo.
EL TIEMPO habló con la presidente del Concejo de Ibagué, quien aseguró que hasta el momento no sabe lo que dijo el Tribunal pero que, hasta donde tiene conocimiento, Acevedo se puede posesionar.
La Presidente dijo, no obstante, que no podrá darle posesión al concejal mientras no conozca las determinaciones que tomen los organismos competentes.
Con todo, agregó la señora Tovar de Moncaleano, queda un vacío porque la ley estipula que quien debe decretar la pérdida de investidura es el contencioso administrativo.
A Acevedo le quedan dos meses para ocupar su curul. Después, será muy tarde. Ya otro se habrá sentado en su silla.
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