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‘Himnos’ navideños son venezolanos

¿Qué fue de la vida del niño que cantó Mi Burrito Sabanero? ¿Y qué hay de aquella voz que preguntaba a su mamá dónde están los juguetes? ¿Dónde se esconde la humanidad del cantante que promete correr a casa de su mamá faltando cinco pa' las doce para recibir el Año Nuevo? ¿ Qué pasó con la cantante Tania, famosa en los años 70, que nos invitaba: “Son para gozarlas, estas Navidades”?

VALENTINA LARES M.
Los colombianos, y muchos otros pueblos de Hispanoamérica, cantan, lloran y
bailan todas las fiestas de diciembre con estas canciones y poco saben que
son todas venezolanas.
Las voces de sus intérpretes marcaron, quizá para siempre, el cancionero
navideño de nuestro país, pero mientras se cumple esa promesa de
inmortalidad, todavía son de carne y hueso. Laten y respiran, y algunos
viven aún de lo que cantan. Nos lo dijeron.
Agradecimientos: Hugo Blanco (compositor e intérprete), Raúl Cabrera
(director del Coro Infantil Venezuela), Miguel Delgado Estévez (músico),
Jesús Colmenares (investigador musical), Jesús Bustindui, Briamel González,
Marisela Salazar, José Sifontes, América Cuenci, archivo del Coro Infantil
Venezuela, enciclopedia musical de la Fundación Bigott, rctv.net
‘Quisiera que la gente supiera que el burrito sabanero existe’
Sí, creció y cumplió 40 años en octubre. Ricardo Cuenci pasará a la historia
como la voz que cantó “con mi burrito sabanero, voy camino de Belén”,
canción que grabó cuando tenía 8 años y formaba parte del grupo La
Rondallita, una selección especial de niños del Coro Infantil Venezuela.
Fueron muchas las giras de Cuenci con sus compañeritos dentro y fuera de
Venezuela. Y fue tanto el éxito que, incluso, en Puerto Rico querían meterlo
al famoso quinteto Menudo, pero sus padres no quisieron.
La vida de Cuenci dista mucho de la fama que uno puede pensar que tiene por
haber grabado semejante éxito. Es prácticamente un desconocido en su propia
tierra.
Su vida transcurre hoy entre las poblaciones de El Tigre (estado Anzoátegui)
y San Antonio de Maturín (estado Monagas), al oriente de Venezuela,
trabajando en una cooperativa de saneamiento de tuberías y haciendo labores
de herrería.
Está a la espera de que el Gobierno le dé una casa para vivir con su esposa
y sus cuatro hijas, de 5, 4, 2 años y una bebé de seis meses. Tiene otros
dos hijos grandes de su primera unión.
“Mi vida ha sido dura”, dice, aunque su voz destila buen humor. No tarda
mucho en reconocer que hubo un hecho que se la cambió “para siempre”: estuvo
preso en la dura cárcel del Retén de Catia, demolida hace más de 10 años.
Tres días antes de cumplir la mayoría de edad, lo acusaron de hurto y lo
procesaron como adulto. Esa primera vez estuvo 4 meses. Luego faltó al
régimen de presentación estipulado por el tribunal y regresó. No dice cuánto
estuvo preso, sólo dice que lo suficiente para aprender cosas que no debió
haber aprendido.
“Mi refugio siempre fue la música, pero en la cárcel vi a psicólogos y
psiquiatras, y entonces ya estoy bien”.
Cuenci perteneció a otros coros, pero nunca alcanzó éxito similar al de su
niñez. No hay rencor en su voz y entre sus recuerdos felices está haber sido
segundo violín en la orquesta del maestro venezolano José Antonio Abreu.
Nunca ha recibido algún pago por Mi burrito sabanero y ya no lo espera. Una
disputa entre su padre y el creador de la canción –el compositor Hugo
Blanco– minó toda posibilidad de obtener beneficios de esa pieza, que
incluso hoy se vende por Internet a 0,99 centavos de dólar.
La llamada de EL TIEMPO para saber de él lo emocionó. “Nadie me había
llamado para saber de mí como cantante. Yo he querido ir a la televisión
para decir que el Burrito sabanero sí existe. Yo quisiera que la gente lo
supiera, que yo soy un hombre de buen corazón”.
David Nogales
Zavarce, la voz de ‘Faltan cinco pa’ las doce’
Su voz grave acompaña a miles de familias colombianas minutos antes de
despedir cada año con “Las campanas de la Iglesia están sonando, anunciando
que el año viejo se va...”
Ese es el cantante Néstor Zavarce, quien hoy vive en las montañas del estado
Miranda, a las afueras de la Gran Caracas, totalmente retirado del mundo
artístico. Ni siquiera en la Asociación Venezolana de Intérpretes (Avinpro)
tienen cómo contactarlo.
Jesús Colmenares, melómano experto, investigador musical y locutor de radio
por años, presidente de Avinpro, lo ve de cuando en cuando. La última vez
fue hace dos años, ocasión en la que obtuvo la explicación de su silencio:
“Zavarce me dijo esa vez que ya no está interesado en la farándula, que no
quiere saber nada de eso. El ya es un señor de casi 70 años, todavía canta
bonito, pero sólo para su familia y sus amigos”.
La carrera de Zavarce como cantante se inició como parte del grupo musical
que integraba el propio compositor de Faltan cinco pa' las doce, Oswaldo
Oropeza (creador también de ¿Dónde están los juguetes?). Muy humildes en
aquellos días, tuvieron que recolectar dinero para comprarse liqui-liquis
blancos para su primera presentación. Pero el éxito no tardó en llegar. Con
el tema de fin de año y especialmente con el tema El Pájaro Chogüí, se
convirtió en un ícono de los años 60 para América Latina. Su éxito con la
canción se alternaba con la actuación: hizo 22 películas y actuó en novelas
venezolanas famosas como Esmeralda.
En 1979 Zavarce se retiró de los escenarios, pero no de las artes. Entró a
la política y fue diputado en el Congreso venezolano, desde donde defendió
el patrimonio artístico y a los artistas. En la arena política incluso se
desempeñó como director de Espectáculos Públicos de la Gobernación de
Caracas. Se retiró definitivamente de la vida pública cuando Hugo Chávez
llegó al poder en 1998.
La niña de ‘Mamá, ¿dónde están los juguetes’
Raquel Castaños se hizo célebre en Colombia Mamá, ¿dónde están los
juguetes?, pero curiosamente nunca la cantó en el país.
Ella hace memoria por unos instantes y recuerda la letra. Luego explica cómo
su vida quedó enclavada en el mundo del espectáculo desde que grabó esa
canción a los 7 años, cuando era integrante del coro infantil Los Pájaros.
“La verdad es que yo no he parado”, dice Castaños, hoy referencia obligada
para todo el que quiera saber de la canción venezolana. Más de 30 discos
engrosan su hoja de vida. Incluso, llegó a participar en el Festival de Viña
del Mar. Pero en su carrera tiene mucho peso también la actuación en unas 20
telenovelas de los dos principales canales (Venevisión y RCTV), en una
película mexicana –Me ha gustado un hombre– y un musical de teatro. Hasta
hace poco se la vio en las pantallas venezolanas trabajando en la novela
¡Qué buena se puso Lola!
De la ‘madre’ que cantaba con ella la famosa canción, no recuerda demasiado.
Dentro del coro, cuatro mujeres se rotaban ese papel. Entre ellas, dos
colombianas. “Sólo recuerdo el nombre de una, una venezolana, Otilia
Rodríguez, con quien tuve mucho contacto hasta hace unos cuatro años”, dice
‘Raquelita’.
Así la llaman aún muchísimos venezolanos, que no pueden dejar de verla como
la niña prodigio y hoy trabaja en la producción de su último disco con el
compositor José ‘Pollo’ Sifontes, su esposo desde hace 20 años.
‘Son para gozarlas...’ con Tania
En 1975, Tania Salazar grabó la Parranda Navideña que la mantiene incrustada
en el corazón de los colombianos.
A este país, la cantante de “son para gozarlas, estas Navidades”, no ha
dejado de venir ni un solo año.
Popayán, Cali, Pereira, Armenia, Manizales y Barranquilla son sólo algunos
de los sitios a los que la llaman para que ofrezca sus presentaciones, pues
la famosa Tania es una cantante consumada de música tropical y bailable.
“Canto desde los 8 años y hoy tengo 55. Canto de todo, voy a donde me llamen
y muchos colombianos me quieren mucho. Este diciembre voy a dar unas
presentaciones en Miami justamente contratada por colombianos”, cuenta esta
venezolana que ha sacado más de 25 discos, tiene dos hijos y cumplió hace
una semana 30 años de casada.
No han sido muchos los altibajos de su carrera. Todo venezolano mayor de 30
años, sin duda, la conoce, y hoy ciertamente exhibe una posición de
privilegio.
Desde hace un par de años se presenta, por toda Venezuela, con el
espectáculo Las Grandes con otras artistas que se convirtieron en íconos de
la canción en las décadas de los 70 y 80: Mirla Castellanos, Neida Perdomo,
Mirtha Pérez y Estelita del Llano.
Mama dónde están los juguetes / Mama el niño no los trajo...
Mama hoy me siento muy triste/ Mama el niño no me quiere/sera que tu hiciste
algo malo / Y el niñito lo supo/ Por eso no los trajo.
Mi amor ya no te sientas triste / Mi amor si a tu lado me tienes /y así
esperaremos juntos /Rezaremos al cielo / hasta el año que viene...
Con mi botellita’ e ron salgo a parrandear/ Con mi botellita’e ron salgo a
parrandear (bis)
Agarro mi mochila compay/ y me voy a cantar y gozar.
Son para gozarlas estas navidades/ porque el año el año que viene se acaban
los pesares (bis)
Con mi burrito sabanero voy camino de Belén (bis)/ Si me ven, si me ven, voy
camino de Belén (bis)
Con mi cuatrico voy cantando y mi burrito va trotando (bis)/ Si me ven, si
me ven, voy camino de Belén...
Las campanas de la iglesia están sonando/ Anunciando que el año viejo se va/
La alegría del año nuevo viene ya /Los abrazos se confunden sin cesar.
Faltan cinco pa'las doce el año va a terminar/me voy corriendo a mi casa a
abrazar a mi mamá.
Me perdonan que me vaya de la fiesta/ pero hay algo que jamás podre olvidar
/ Una linda viejecita que me espera /en las noches de una eterna navidad.
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VALENTINA LARES M.
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