Fischer se ha asegurado en cualquier caso el reparto del botín ya que en caso de que Spassky lograra igualar a nueve victorias una hipótesis muy improbable a juicio de los expertos se repartiría el premio de cinco millones de dólares.
Spassky, derrotado el miércoles en toda la línea, abandonó ayer con blancas su costumbre de abrir con peón de rey y volvió a jugar 1D4, lo que permitió a Fischer repetir la defensa Benoni, con la que obtuvo la victoria en la partida decimosexta.
En lugar de 6 Ag5, jugada que le puso en serias dificultades en aquella partida, Spassky prefirió jugar con más cautela 6 AD3. El francés, de origen ruso, salió de la apertura con ventaja de espacio y emprendió el ataque con el avance de sus peones del flanco de rey.
Fischer se vio obligado a moverse en una posición constreñida con jugadas de espera y sin posibilidades de contragolpe, mientras Spassky fue mejorando la ubicación de sus piezas antes de cambiar torres y damas para acceder a un final ventajoso.
Algunos expertos presentes en la sala se aventuraron ya a predecir la victoria de Spassky que disponía de la pequeña calidad de la pareja de alfiles cuando los jugadores habían ejecutado 30 movimientos.
La penetración del rey blanco por las desguarnecidas casillas del mismo color proporcionaron a Spassky la ganancia del peón de torre dama de forma que el camino hacia la coronación de su infante quedó despejado.
La partida 27 se jugará el sábado si el estadounidense no hace uso de su derecho a pedir uno de los cuatro aplazamientos que contempla el reglamento del encuentro.