Y el otro, el pintor Francisco Cuadrado nieto del general Carlos Prats, asesinado en Argentina por órdenes de Pinochet, quien escupió sobre el féretro del dictador fallecido durante la velación.
La presidenta Michelle Bachelet había rechazado las declaraciones políticas del nieto militar de Pinochet Ugarte y había afirmado que el Ejército adoptaría sanciones ante la gravísima falta.
También había aclarado que el Gobierno no pediría ninguna sanción en particular y que, de acuerdo a la reglamentación militar, el Ejército tiene preestablecido las medidas a adoptar en casos como éste.
Al referirse al capitán Pinochet Molina, Izurieta dijo: Se le comunicó su gravísima falta y se le dijo que iba a ser dado de baja.
En la mañana, organizaciones de derechos humanos habían presentado una querella contra el capitán Pinochet Molina. Aquí hay un delito de sedición impropia e incumplimiento de deberes militares, dijo el abogado Hugo Gutiérrez, que junto a su colega Roberto Ávila demandó justicia ante un Juzgado Militar.
Segundo protagonista Un día antes, el martes, el pintor Francisco Cuadrado se camufló entre los simpatizantes del general que aguardaban rendirle el último tributo al ex dictador.
Cuando estuvo frente al féretro, escupió sobre el vidrio bajo el cual se veía el rostro de Pinochet. Era la última oportunidad de hacer algo. Fue un escupo de desprecio, dijo el nieto de Prats, que fue retirado del recinto por guardias.
TIRÓN DE OREJAS.
El Capitán no estaba autorizado para hacer esa intervención. Sus palabras no reflejan el sentir del Ejército.
General Óscar Izurieta, comandante del Ejército de Chile.