Este problema gastrointestinal se presenta por la acumulación de gases a nivel del tubo digestivo, causando una sensación de hinchazón del vientre.
Es ocasionado, principalmente, por el aumento de la progesterona, una hormona que se incrementa durante la gestación y provoca que el tránsito intestinal se vuelva lento.
Por lo general, la sensación aumenta a medida que pasa el día, es decir, que en la noche el abdomen suele estar más hinchado que en la mañana.
Además, se acentúa con las modificaciones del aparato digestivo y el aumento del útero, que va desplazando el estómago y los intestinos.
Aunque la flatulencia puede afectar negativamente la calidad de vida durante el embarazo, no necesariamente constituye una enfermedad debilitante. Simplemente, hay que mejorar los hábitos alimentarios, como el fraccionamiento de las comidas y la ingesta de líquidos y alimentos con fibra. Muy pocas veces se recurre a los medicamentos, afirma el ginecólogo Fabio Leonel Gil.
Cuando el dolor es intenso y se acompaña de vómito o diarrea, puede ser síntoma de un trastorno físico más grave. En esos casos, es recomendable consultar al médico lo más pronto posible. De igual forma, recuerde no automedicarse ante la flatulencia.
Para evitar los gases, no consuma coliflor, cereales en exceso, pastas, repollo y bebidas gaseosas.
CONSEJOS PARA EVITAR LOS GASES.
Coma varias comidas pequeñas durante el día, en vez de pocas y abundantes.
Mastique bien los alimentos.
No hable mientras come.
Evite tomar bebidas en una botella o con pitillo.
Controle la cantidad de aire que traga.
Identifique los alimentos que le generan malestar. Tenga en cuenta lo que come para ver qué le causa problemas.
Consulte con su médico antes de tomar cualquier medicamento, pues algunos pueden ser perjudiciales para el feto.