Un sol canicular dio la bienvenida a unos 3.000 viajeros y tripulantes que desembarcaron en el muelle de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena (Sprc). En su mayoría, hombres y mujeres de edad madura.
A la toma de los turistas, procedentes del Reino Unido, Francia y Alemania, principalmente, la esperó en las calles un ejército de vendedores de artesanías, cerveza nacional y ropa. Así como almacenes con productos típicos, como café y esmeraldas.
Hace cinco años el Queen no venía a este puerto del Caribe. Once busetas de Aviatur llevaron a los turistas a la ciudad vieja. La francesa Ana Fitzpertch estaba encantada con la parte fortificada. Sudaba, y abanicándose con un papelito, dijo que estaba feliz.
Lo mejor del paseo fueron los recorridos por el parque Bolívar. Allí, la vegetación les dio el frescor que necesitaban para seguir con su guía Rocío Rodríguez. Otros visitantes, prefirieron recorrer por su cuenta las callecitas del sector histórico, donde una vendedora de frutas, con su palangana en la cabeza, se quejaba porque esos monos no aflojan los dólares.
Entre tanto, un contigente de extranjeros invadió una pequeña tienda de la calle San Juan de Dios y a tomar cerveza se dijo, para hidratarse.
Para garantizar la seguridad, el comando de la Policía envió a varios de sus hombres que se destacaron en cada esquina del cordón de murallas.
Nubia Stella Martínez, vicepresidenta de Turismo de Proexport, destacó que esto es fruto de una ardua campaña por demostrar que Cartagena, Santa Marta y San Andrés son lugares seguros