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Evite un guayabo financiero por cuenta de las fiestas que vienen

Probablemente el ‘guayabo’ tras las próximas fiestas navideñas no será resultado unicamente de los excesos gastronómicos y etílicos. No. Su origen, en parte se encuentra en el manejo alegre de los dineros extras que se reciben a fin de año –primas y bonos– y, más que todo, en el endeudamiento en que todos nos metemos en ese afán de gastar y gastar dinero como si nos hubiera caído como un aguacero de diluvio.

Redacción El Tiempo
Esto es lo que atormenta a demasiada gente en los dos primeros meses del
año. Tormento que llamamos ‘guayabo moral’. Es claro que este es el obvio
epílogo de la falta de una buena y prolija organización de las finanzas
personales a lo largo de todo el año, en la que no se incluyó diciembre como
una época en la que la tradición nos obliga a consumir más. Por lo general,
se vive el día a día, y esta práctica conduce a dejar todo para lo último.
Lo cual no sería tan grave sino fuera porque lleva finalmente al
endeudamiento.
La pregunta que nos debemos hacer al momento de la planeación de nuestras
finanzas personales es ¿qué tanto vale mi diciembre? Sobre su respuesta es
que manejamos la manera de afrontar ese valor sin afectar nuestras
inversiones a mediano y largo plazo, como son las que requerimos para
educación, auto o vivienda.
Es aconsejable hacer a mitad de año una reflexión sobre cómo manejamos los
gastos del diciembre pasado. A lo mejor encontramos que aun estamos pagando
sobregiros, o que tenemos rojos en las tarjetas o en el pago de vacaciones.
Entonces, como dice la sabiduría popular, comenzamos a tapar huecos abriendo
otros. Desde luego, la crisis económica personal estalla.
Existen muchas fórmulas. Por ejemplo diferir ese gasto a lo largo de los
onces meses previos a la Navidad, destinando un porcentaje de nuestros
ingresos y depositándolo en instrumentos financieros de corto plazo. Otra
fórmula aconsejable es identificar con precisión los gastos, no volverse un
‘manirroto’ o un Papá Noel derrochador.
Por otra parte, es importante no dejarse arrastrar por el torbellino
"gastador", muy humano por cierto, que implica recibir ingresos distintos a
los normales. Un buen planificador de sus finanzas personales destina parte
de los bonos que dan algunas empresas o de las primas para invertir en metas
de largo plazo (vivienda, educación).
En síntesis, hay que planear con anticipación y deliberadamente las fiestas
de diciembre. Para que estas no sean el trago amargo de enero.
LOS INGRESOS NO SON DE CAUCHO
Por está época es importante recordar una ley de las finanzas personales:
los gastos habituales se cubren con ingresos habituales y los ingresos
eventuales se ahorran o se invierten.
O dicho de otra manera, no utilice los ingresos especiales o extraordinarios
para tapar los huecos de su presupuesto. En este sentido, evite que esos
huecos se formen. De esta manera, cuando tenga ingresos extras podrá
ahorrarlos o invertirlos. Dando así pasos firmes hacia la estabilidad y el
progreso económico hacia el futuro.
Si le entra un dinero extraordinario, tampoco piense en comprar objetos
suntuosos o en darse lujos innecesarios. Con toda seguridad, si lo invierte
bien podrá sacarle mas provecho.
En cuanto a los gastos habituales y su cubrimiento con los ingresos
habituales, esto, y parece una perogrullada, impide el endeudamiento. Los
ingresos habituales no dan mas de lo que son. No se pueden estirar como un
chicle.
Hay que asumir la vida tal como es, pues la ostentación termina llevando al
fracaso económico.
Desde luego, en la medida en que mejoran nuestros ingresos, debe mejorar la
calidad de vida.
Redacción El Tiempo
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