Parodiando a André Gide, para quien Oscar Wilde no hablaba sino que contaba,hay que decir que la obra del poeta, dramaturgo y literato, también tenía esa propiedad. Wilde más que escribir, emocionaba.
Este irlandés es uno de los autores del siglo XIX cuya obra a trascendido en el tiempo y el espacio. A cien años de su muerte, es difícil no asociarlo con Joyce, Beckett y William B. Yeats, como los forjadores de la literatura irlandesa.
Recordado también por El retrato de Dorian Gray, El ruiseñor y la rosa y El príncipe feliz, y cuentos como El fantasma de Canterville o El cumpleaños de la infanta ambos se incluyen en este libro, Wilde fue conocido también por ser un hombre de personalidad compleja y fascinante, al mismo tiempo.
Aunque nadie pone en duda que fue un autor con humor y sensibilidad, en los artículos publicados antes y después de su muerte, es difícil no encontrar comentarios referidos a su vida privada.
Este libro equilibra esas dos facetas. La vida y la obra de Wilde es revelada a través de escritos de André Gide, George Bernard Shaw y un ensayista más moderno, como Eduardo Peláez Vallejo. El libro trae una serie de poemas en prosa, estilo que caracterizó mucho a Wilde; citas de autores famosos acerca de él, y su biografía y cronología.