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Panamá quiere agrandar el Canal

Poco más de dos millones de panameños van a las urnas mañana para decidir, a 92 años de su construcción, si amplían o no el Canal de Panamá, no solo su mayor orgullo y símbolo, sino el motor económico de la pequeña nación centroamericana. (VER INFOGRAFÍA: EL CANAL BUSCA CRECER A UN SIGLO DE SU CONSTRUCCIÓN)

Según las últimas encuestas, que hablan de un triunfo rotundo del Sí (con
más del 70 por ciento), este referendo solo serviría para cumplir con lo
establecido con la Constitución, que prevé que cualquier modernización de la
vía marítima tiene que ser aprobada por voluntad popular.
Después de recibir, el 31 de diciembre de 1999, su propiedad y
administración, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) en los últimos cinco
años contrató unos 120 estudios técnicos, por un valor de 5 millones de
dólares.
En ellos basa el gobierno de Martín Torrijos su propuesta de ampliación: la
construcción de un tercer juego de esclusas, que permitiría dar paso también
a los llamados barcos Post Panamax, los más grandes de la industria.
La necesidad de ampliación tiene razones de peso. Mientras los barcos
tradicionales del tipo Panamax, que pasan ahora milimétricamente por el
canal (ver infografía), son capaces de transportar 4.500 contenedores de 6
metros de largo, los Post Panamax pueden llevar hasta 12.000 contenedores de
este tipo.
El presidente Torrijos lo ha presentado como una urgencia inaplazable. “El
Canal es y será un punto vital del desarrollo, y juega un papel fundamental
en el desarrollo del comercio mundial”, ha afirmado.
El analista independiente panameño Jaime Porcell explicó a EL TIEMPO que los
técnicos del canal han hablado de que a este le quedan de 6 a 8 años de
operación, antes de que la demanda supere a la oferta.
“Es visible la fila de barcos. Enfrentamos competencia y el Canal necesita
modernizarse”, comentó.
La prioridad es tan dramática como que los Post Panamax representarán en el
2011 la mitad de la flota mundial, contra 27 por ciento de los Panamax y 23
por ciento de los de menor capacidad que estos.
Para llevar a cabo el proyecto, según los estudios, se requiere una
inversión de 5.250 millones de dólares, de los cuales 2.730 millones irían a
la construcción de las nuevas esclusas. El resto del dinero se requeriría
para adecuación de zonas aledañas y otras necesidades.
Según la ACP, la ampliación será “autofinanciable” en virtud de un aumento
de peajes a razón de 3,5 por ciento anual por 20 años. De acuerdo con sus
proyecciones, durante la primera década de operación se generarían ingresos
anuales adicionales por un monto de 1.150 millones de dólares.
¿Realidad o simple espejismo?
Sin embargo, no todos están tan convencidos de las bondades de la
propuesta, como lo refleja un 20 por ciento de partidarios del No.
“Es un proyecto que está lleno de engaños, imprecisiones y es extremadamente
desventajoso para el pueblo. Nos endeuda, no tiene ninguna garantía, son
muchos los riesgos. Además, se están subestimando los costos, ya que este
megaproyecto terminará costando tres o cuatro veces más. Esto debería ser un
canal al servicio del país y no un país al servicio del canal”, asegura el
también analista panameño Miguel Antonio Bernal.
Apreciación que es respaldada por un estudio realizado por el ex presidente
panameño Jorge Illueca y Fernando Manfredo, ex administrador del Canal. De
acuerdo con tal análisis, el proyecto gubernamental es “costoso,
inconveniente y falso”.
En el punto más preocupante, dicen que el Consejo de Asuntos Hemisféricos
estima el costo en 25.000 millones de dólares, mientras que el subsecretario
de Defensa de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Roger Pardo, lo
calcula en más de 16.000 millones.
Un lujo que, según los expertos, no podría darse un país como Panamá, donde
el 40 por ciento de sus 3,2 millones de habitantes vive en la pobreza y más
del 20 por ciento no cuenta con un empleo estable.
“Este proyecto debería verse correlativamente a la deuda externa del país
–más de 10.000 millones de dólares–, y a lo que somos como país pequeño
(...) El Gobierno debería buscar canjes, condonación de deuda u otros
beneficios”, dice el politólogo Manolo Zárate, uno de los promotores del No.
Los opositores también insinúan que hay un tinte político en el referendo de
mañana, que podría ser utilizado por Torrijos como una validación de su
gestión, que completa dos años. Se piensa que usaría este respaldo para
cambiar la Constitución, con el fin de buscar la reelección inmediata, en el
2009.
Hoy, la Carta solo permite que un Presidente se presente nuevamente a las
elecciones trascurridos dos periodos (10 años) después del suyo.
Sin embargo, Zárate no ve tan simple esta opción: “El problema es que el
Canal no se va a modernizar ahora, si no realmente en el 2014 ó 2015. Es el
Gobierno siguiente el que va a tener en sus manos el manejo económico de
esta inversión y los frutos de la misma”.
Como quiera que sea, y si se dan los resultados de mañana como se esperan,
el apellido Torrijos quedará aún más ligado al Canal y a la historia de
Panamá.
Fue el general Omar Torrijos quien en 1977 firmó los tratados con Washington
que permitieron hace casi 7 años el traspaso pleno del Canal a Panamá.
Cómo es y cómo será
Ahora, el Canal tiene dos carriles de esclusas, unos compartimentos
escalonados que permiten mover los buques entre el nivel del mar y el de los
lagos que integran la vía, en un proceso conocido como esclusaje, y que es
alimentado con las aguas del lago Gatún.
De ganar el referendo, se construirían dos complejos de esclusas, una en el
Atlántico y otra en el Pacífico, mediante el ensanchamiento y profundización
de los cauces.
Actualmente, solo los barcos con reserva –un total de 24– tienen garantizada
la travesía de 18 horas por el canal a la hora y día previstos, otros 13
deben hacer fila. Solo basta con que una de las dos vías esté cerrada por
mantenimiento una semana, para que la lista de espera se prolongue hasta un
mes.
No todos los barcos disponen de ese tiempo, por lo que se han llegado a
pagar hasta 220.000 dólares por el único cupo que sale diariamente a subasta
para cruzar los 80 km que separan los océanos Atlántico y Pacífico.
La Autoridad del Canal propone añadir un tercer juego de esclusas, con
cámaras más grandes, que tendrían la capacidad suficiente para admitir
buques Post Panamax, que superan las dimensiones de las esclusas actuales,
limitadas a embarcaciones Panamax, de 32 metros de ancho, 12 de calado y 294
de eslora.
Con ese objetivo, las cámaras de las nuevas esclusas serán de 427 metros de
largo por 55 metros de ancho y 18,3 metros de profundidad.
5.250 Los millones de dólares que costaría la construcción del ensanchamiento del Canal de Panamá.
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