Como tenía que jugársela, Maturana revolucionó el equipo y probó variantes. Caminero y Simeone; aquel adelantado y este atrasado, en el medio del campo, rindieron más que en los dos encuentros anteriores cuando ya se hablaba de incompatibilidad entre ambos. Funcionaron e incluso Caminero anotó el segundo gol en el minuto tres de la segunda parte, después de un error defensivo de la visita.
Maturana además incluyó al ruso Dobrovolski en la mitad del campo, quien acusó bajo estado físico pero mostró imaginación y capacidad para abrir espacios, antes de ser sustituido por Pirri, cuando promediaba la segunda parte.
El técnico también alineó al polaco Kosechi en la delantera, quien desperdició varias oportunidades claras y se le anuló un gol por un ingenuo fuera de lugar.
Adolfo El Tren Valencia por lesión, no fue de la partida.
En el estadio, gran parte del espectáculo fue puesto por los 40 mil hinchas del Atlético que supieron disfrutar los goles de su equipo y el buen fútbol que con intermitencia practicó su equipo: gritaron, vibraron y se sumergieron en el oasis del jolgorio después de 180 minutos de la liga de haber caminado las arenas de la derrota.
El Atlético, con el ponderamiento de Maturana, fue juzgado por lo que hizo en la cancha: nervioso, primero; deslucido después de su primer gol hasta el tanto del empate de la Real en el minuto 45 de la parte inicial por parte de Pikabea; arrollador al inicio de la segunda etapa hasta después del segundo tanto, y luego derrochador de claras oportunidades por lo que la diferencia pudo ser mayor.
El técnico colombiano después del encuentro realizó el diagnostico de sus dirigidos: No se creen que son buenos, por lo que habrá que trabajar en el aspecto mental . Aunque él está convencido de que es una plantilla buena lo cual le corresponde transmitírselo.
Mas eufórico estuvo Gil Gil, el presidente: Este equipo es para ir arriba , dijo. Alabó a los jugadores de quienes afirmó que en los tres partidos han dejado la piel , y agradeció y se comprometió con el público de quien dijo se merece lo mejor.
Cuando el árbitro señaló el final del partido la tensión contenida, la alegría de los jugadores del Atlético se materializaron en el solo de Simeone quien dio un grito al mejor estilo de Tarzán...