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LA MÍMICA DEL PRESUPUESTO NACIONAL DE 1995

El análisis del presupuesto para 1995 arroja varias conclusiones inquietantes: 1. Continuamos haciendo mímica presupuestal .

Como la capacidad financiera para ejecutar todas las apropiaciones presupuestales es limitada (por razones de tesorería e institucionales), el proyecto de presupuesto para 1995, al aumentar en 492.000 millones de pesos las apropiaciones con relación al presupuesto preparado por la anterior administración, incrementará aún más los gigantescos rezagos presupuestales que ya viene registrando el país, y que en la actualidad ascienden a cerca de 800.000 millones de pesos.
Lo anterior puede conducir a un ejercicio de mímica presupuestal , en virtud del cual a comienzos de todos los años se elevan las apropiaciones y en el segundo semestre se efectúan recortes de gastos. Así sucedió en 1994 y así volverá a acontecer en 1995.
2. El presupuesto aún no se armoniza con el plan de desarrollo.
El proyecto de presupuesto para 1995 no indica cuáles de los programas de inversión que allí aparecen harán parte del plan general de desarrollo de la actual administración.
Con esta omisión se pierde una buena oportunidad para comenzar a armonizar - como lo quiere la Constitución- el plan cuatrienal de desarrollo con el presupuesto nacional.
3. El gasto social se sigue presentando de manera inadecuada.
El volumen de gasto social se sigue presentando de manera inadecuada, contrariando así la filosofía del artículo 350 de la Constitución que quiere que el gasto social sea aquel que se orienta prioritariamente hacia las personas con necesidades básicas insatisfechas .
En efecto: se insiste en presentar -como en años anteriores- un supuesto gasto social equivalente al 45,7 por ciento del valor del presupuesto del año entrante, cuando en realidad el gasto que efectivamente se focalizará hacia los sectores más vulnerables de la población, que es el importante, es muchísimo menor.
4. Continúan vivas las partidas globales .
Siguen apareciendo en el presupuesto cuantiosas partidas agregadas cuya cuantía excede los 900.000 millones de pesos.\ Si bien la presentación de algunas de ellas tienen justificación bajo la forma de partidas agregadas (como el aporte al fondo de regalías) otras, por su generalidad, se prestan al manejo clientelista del presupuesto y su ejecución escapa a todo control político.
5. El alto endeudamiento contribuirá a mantener altas las tasas de interé colocaciones tendrá que hacerse en el mercado de capitales, el impacto negativo sobre la estructura de tasas de interés será ineludible; lo que además resulta contradictorio con la política antirrevaluacionista pues mantendrá alto el diferencial entre las tasas de interés domésticas e internacionales que es la principal causa de la revaluación del peso.
6. Presupuesto y pacto social.
Como se explica detalladamente en la última revista de Fedesarrollo, en los países en donde han funcionado satisfactoriamente los pactos de precios, salarios y productividad, los gobiernos han dado muestras fehacientes de austeridad fiscal generando importantes superávit fiscales en las cuentas del sector público.
Desafortunadamente el proyecto de presupuesto para 1995 no parece que vaya a lograr generar un amplio superávit fiscal del sector público agregado, como el que se requeriría para darle al pacto social un marco de confianza sobre la voluntad del gobierno para mantener una política de auténtica austeridad fiscal, indispensable para que el pacto tenga éxito.
Esta carencia podría acarrear que la ejecución presupuestal del año entrante resulte defectuosamente compatible con la obtención de objetivos macroeconómicos tales como bajar la inflación, revertir las tendencias revaluacionistas, y rodear de un clima de confianza al pacto social que va a convocarse próximamente.
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