El tema del dólar no deja de ser noticia y aunque hay libre cambio, el país sigue con mentalidad de prohibición. La compra de dólares por el Banco de la República, que algún periodista bautizó con el nefasto nombre de ventanilla siniestra, vuelve nuevamente con su nombre de pila a ocupar las páginas de los periódicos. Dicen que por allí se lavaron millonadas, mientras tanto nuestro lacónico Ministro de Hacienda en las oscuras celdas del Banco de la República y acompañado de un grupo de economistas hace ya casi un año le dio la bendición a todo tipo de dineros, al sancionar el saneamiento fiscal y permitir que se incluyeran en la declaración de renta de 1990 como activos en dólares, con el pago de un módico impuesto del 3 por ciento para el fisco colombiano o sin impuesto si se le presta al gobierno y se invierte en bonos de saneamiento fiscal.
Seguramente en el pragmático raciocinio del Ministro y su equipo, si ese dinero existe y en algún lado del planeta tendrá que estar, porqué n
Por:Angela Cuevas
02 de diciembre 1991 , 12:00 a. m.
Efectivamente, dineros calientes, tibios o fríos, en bancos o en maletas, en dólares o en pesos o en yenes o en marcos a algún país benefician así el mundo se santige, haga juicios, condenas y confiscaciones y los Estados Unidos los reclamen como suyos. De su existencia no hay escapatoria, como tampoco es claro a que país deberán pertenecer y a que moneda beneficiar, lo que hicieron calladamente los topos de la economía, antes Junta Monetaria, hoy Junta Directiva del Banco de la República, bien o mal hecho, volvió obsoleto el vocablo lavado y todos sus derivados como ventanilla siniestra.