Su fama de rebelde se vinculó siempre al alcoholismo, una adicción que, según su propio testimonio, padece desde hace 20 años, cuando tuvo uno de sus primeros arrestos por la bebida, y que ha logrado controlar por períodos largos.
Entre tanto, se forjó una carrera millonaria en Hollywood, que aunque fuera a regañadientes respaldó una cinta tan controversial como La Pasión de Cristo, una interpretación literal de la Biblia que en 2004 y a pesar de levantar las primeras sospechas del antisemitismo del actor, recaudó 611 millones de dólares.
Bautizado por los expertos de la meca del cine como una de las personas más influyentes de Hollywood, terminó Apocalypto, su cuarta cinta como director, rodada en México y en lenguaje maya, de la mano de un mega presupuesto, y que antes del viernes pasado tenía previsto estrenar en diciembre. Pero para esta estrella, de 50 años, todo es en condicional desde que fue arrestado borracho el viernes por la policía porque conducía a exceso de velocidad por el balneario donde vive, en Malibú, en Los Ángeles. Desde que bajó de ese auto a presentar sus papeles, el protagonista de Arma Mortal se ha ido metiendo cada vez más en el ojo de un huracán. Conducir ebrio lo confrontó a una pesadilla: se burló de la anatomía de una policía, amenazó con utilizar su influencia y lanzó a un oficial judío: Los judíos son responsables de las guerras en el mundo (...) judíos de mierda. El próximo 28 de septiembre deberá enfrentar la primera audiencia judicial por conducir ebrio, delito que podría implicarle seis meses de cárcel.
Además, la cadena ABC anunció la cancelación de un contrato con la productora de Gibson, Icon Production, con la que desde hace dos años preparaba una miniserie sobre el Holocausto judío.