El Ministerio de Fomento promovió a partir de entonces un proceso, que después de varios meses de estudios de un grupo de profesionales de la contaduría, liderado por Néstor Humberto Martínez en la Cámara de Comercio de Bogotá, dio como resultado la expedición del primer estatuto de normas de contabilidad generalmente aceptadas en Colombia, a través del Decreto 2160 de 1986. Fue el precursor del estatuto vigente actualmente, contenido en el Decreto 2649 de 1993 y del Plan Unico de Cuentas para los comerciantes expedido mediante Decreto 2650 del mismo año. Los medios de comunicación han anunciado, que por iniciativa del Gobierno Nacional existe la intención de derogar el PUC.
Las Normas de Contabilidad y el PUC han introducido orden en la contabilidad y en la presentación de los estados financieros. Como indican las características cualitativas de los estados financieros, contenidas en las Normas Internacionales de Contabilidad, los usuarios deben estar en condiciones de comparar las cifras de una empresa a través del tiempo, para identificar sus tendencias y su comportamiento. Pero además, deben tener las herramientas que permitan la comparación de diferentes empresas, para evaluar su posición financiera relativa, su comportamiento y sus cambios. Es muy difícil lograr estos propósitos si cada contador clasifica las diferentes partidas de la manera que más le plazca e incluso cambia la clasificación de un ejercicio a otro.
El PUC es amplio y además permite el uso interno de codificaciones diferentes. Pero si esto no es suficiente, lo sensato sería modificarlo o flexibilizarlo. Lo realmente importante es que existan parámetros mínimos, que otorguen algún grado de confianza a los lectores de los estados financieros, en el sentido de que las cifras que componen una determinada cuenta, en las diferentes empresas corresponden a conceptos similares. Los contadores se saben de memoria las codificaciones, después de más de once años de uso y esta es una ventaja que no se puede despreciar, porque al menos ya existe una cultura del orden.
El argumento que cita algún funcionario del Estado, en el sentido de que la nomenclatura uniforme de las cuentas restringe la creatividad de los contadores, es precisamente otra virtud. Precisamente, fue el exceso de creatividad de los contadores el que dio origen a los escándalos que redujeron sustancialmente la credibilidad en la contabilidad, que acabó con una de las firmas más prestigiosas y que tiene a algunos ejecutivos en la cárcel.
Sin que se constituya en una camisa de fuerza, no se pueden negar las ventajas de un mecanismo que garantice la presentación uniforme de las cifras de las empresas, para beneficio de sus dueños, de los acreedores y otros terceros, de las entidades de control y además para facilitar la formación de las estadísticas. No se ve porqué acabar con un sistema que ha funcionado bien.
Consultor.
"No se pueden negar las ventajas de un mecanismo que garantice la presentación uniforme de las cifras de las empresas.