Según informó el lunes el organismo, a través de un comunicado, ambos cuerpos fueron hallados un día después de su desaparición, a orillas de una vía pública en el sector de Goteras, del municipio de Zipacón (Cundinamarca).
Después de varias semanas de total ignorancia sobre la suerte de estas dos personas, la Oficina ha recibido la información según la cual sus cadáveres aparecieron abaleados, señala la ONU.
Arismendi, de 55 años y padre de tres hijos, se desempeñaba como presidente del sindicado de trabajadores y expendedores de alimentos y bebidas de la plaza de mercado del barrio San Francisco, de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá. El día de su desaparición, Arismendi estaba en compañía de Goyeneche, una joven madre, ama de casa, y de 23 años.
Según la ONU, ella había acudido al sindicalista para pedirle consultarlo sobre el pago de los servicios públicos.
La Policía en un primer momento dijo que Arismendi había desaparecido debido a unas deudas económicas, lo que levantó ampolla entre los familiares y defensores de derechos humanos.
La Oficina reitera su preocupación por la grave crisis que en materia de derechos humanos afrontan los pobladores de Ciudad Bolívar, localidad en la cual, desde hace muchos meses, vienen presentándose graves violaciones de los derechos humanos, advierte la ONU.
Fuentes de ONGs consultadas por EL TIEMPO señalaron que si bien han mejorado los indicadores de homicidios y lesiones personales, en la localidad persiste una fuerte presencia de grupos paramilitares y guerrilleros.
Para reducir los índices de criminalidad, el alcalde Luis Eduardo Garzón se vio obligado a restringir la rumba en Ciudad Bolívar, desde octubre del año pasado.