Cada quien hará, con derecho, su propio balance. Esta selección que presentamos aquí puede llegar a ser caprichosa, porque en general casi toda la programación que ofrecieron fue aplaudida, fue taquillera, fue sorpresiva.
Un festival que sumó 685 funciones de sala y calle, reunió más de tres millones de personas como público y convocó 3.100 artistas nacionales e internacionales... resulta muy difícil de resumir.
Pero podría hacerse con tres palabras: fue una fiesta.
Como suele decir su directora, Fanny Mikey, hay muchas clases de aplausos.
Hay aplausos del conocedor (que seguro quedó encantado con obras como Días felices y ¿Quién le teme a Virginia Woolf?); y hay aplausos de los menos expertos (que disfrutan más, en general, y que debieron gozarse montajes como el de Mu-Mu). Pero los mejores aplausos son los que se dan con entusiasmo, y de eso estuvo lleno el Iberoamericano. El comentario que se repetía entre la gente, al ver las filas en cada teatro, era: ¡Cómo ha crecido el Festival! Desde ya se espera el próximo, que seguro será más grande y mejor. Difícil reto.
3.100.000 personas asistieron a este versión del Festival Iberoamericano. En esta cifra se incluye el público que fue a espectáculos de sala, calle y a Ciudad Teatro. Como esperaban los organizadores, se superó el número de asistentes del festival pasado, que alcanzó los 2.800.000.
Las más taquilleras.
- Avenida Nevsky, obra de la compañía rusa Teatro Potudan. Se anunció como la más original, y así fue.
-Villa Villa, de los argentinos De la Guarda. Durante dos semanas agotaron boletas en el Coliseo Cubierto.
- Los 7 dedos de la mano, circo del grupo canadiense del mismo nombre.
Llenaron sus nueve funciones.
-Las sorpresas.
El vals de los perros. Esta obra del Teatro Dramático Yugoslavo dejó gratamente sorprendido al público.
-La guerra y la paz, de Fomenko. Obra de casi cuatro horas de duración que recibió las mejores críticas.
-Werther. Este monólogo traído por Alemania puso de pie al público en sus tres funciones en Bogotá.
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Las más aplaudidas.
- Malaya. Dentro del teatro callejero, este espectáculo de Holanda fue uno de los que más recibió aplausos. -Del amor y otros cuentos sobre el amor. El monólogo de la actriz argentina Norma Aleandro: un éxito.
-Quién está cantando por allá. A los colombianos les gusta mucho la danza. Se comprobó con esta obra.
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-MÁS NÚMEROS DEL FESTIVAL.
610 mil personas, en Ciudad Teatro (sin contar niños y acreditaciones).
700 periodistas nacionales e internacionales cubrieron el evento.
117 funciones gratuitas realizadas en parques y coliseos de la ciudad.
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- La que debió verse más Ivanov, de Katona Jozsef (Hungría). A veces nos quedamos con las obras que hacen más bulla; y algunos tesoros teatrales, como este montaje, pasan de agache. Sin embargo, estuvo aplaudida.
-La más transgresora Babel. Con textos de la Nobel austriaca Elfriede Jelinek y dirigida por Nicolas Stemman. No era para entretenerse ni pasar el reto, sino para ponerse a pensar y salir lleno de preguntas.
- La que desconcertó El Hamlet protagonizado por Eduard Fernández y Marisa Paredes y dirigido por Lluis Pasqual. No era la versión clásica de la obra. Dividió las opiniones del público, pero al final ganaron los aplausos.