La evidencia trágica del accionar de las minas antipersona en los niños
campesinos se ve todos los días en el centro educativo San Lorenzo, en
Cocorná (oriente antioqueño).
Por:CATALINA OQUENDO B.
17 de abril 2006 , 12:00 a. m.
Es la historia de Aurelio Clavijo, un pequeño que el 6 de agosto del 2005
perdió un pie al pisar uno de estos artefactos en la vereda Arenosa, por lo
que se tarda 15 minutos en llegar a clases desde su casa, manejando
hábilmente sus muletas.
Su drama hizo que sus compañeritos se alertaran y ahora quieran saber cómo
protegerse, además porque en las veredas cercanas se presentaron tres de las
cinco víctimas civiles que tuvo Cocorná el año pasado.
En Antioquia es donde los armados más irrespetan la misión educativa y
donde más se han encontrado artefactos cerca de escuelas, dice Luz Piedad
Herrera, coordinadora del programa contra las minas de la Vicepresidencia de
la República.
Ella explica por qué decidieron comenzar por ahí el programa de prevención
que llevará cuadernos a 600 mil colegios de los municipios más afectados por
minas en todo el país y capacitación para ellos y sus profesores.
Los cuadernos tienen la figura de Juanes que, con un lenguaje claro da
seis consejos a los niños sobre cómo protegerse de las minas.
Todo esto hace parte del programa + Arte Minas que vincula a los niños
en actividades artísticas como pintar sus escuelas y darle vida y color a un
espacio que no debe ser de muerte.
La escuela rural San Lorenzo fue la primera en recibir la capacitación,
pintar la escuela y estrenar los cuadernos.
Y Aurelio, sin esperarlo, se convirtió en un símbolo de una campaña que
busca que las escuelas sean respetadas y que no existan más víctimas por
este flagelo