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Así pelean los ex presidentes

López está de pelea con Samper y con Uribe. Uribe no quiere nada con Gaviria ni con López. Serpa está en retirada de Samper, en tolerancia con Gaviria y en discordia con Uribe. Gaviria en cambio sí se habla con Samper y Samper dice que no quiere pelea con Uribe, ni con Gaviria, ni con Serpa.

Este es el mapa de las discordias entre quienes hasta hace poco conformaban
el olimpo del otrora ‘glorioso Partido Liberal’. Aquí cada pleito esconde en
sus entrañas una rencilla, un clavo por sacar. Y, como en la historia de la
vieja Babilonia, parece que una maldición divina hiciera de la política una
‘Babel criolla’.
El último día que la cordialidad visitó confiada en el olimpo a los ex
presidentes fue el 4 de abril del 2004. Ese día brumoso de invierno Samper
persuadió a López y Turbay de que, para evitar la “polarización del país”,
debían oponerse al proyecto de la reelección presidencial que hacía tránsito
en el Congreso.
El pedido de los ex mandatarios de aplazar la discusión del proyecto buscaba
en la práctica cerrarle el paso a Uribe.
Uribe reaccionó de inmediato. Al día siguiente, durante una reunión con
congresistas en Palacio, filtró una información según la cual Samper había
ido a despacho a intrigar sobre la extradición. Y como se acercaba el
proceso de los Rodríguez Orejuela, algunos contertulios palaciegos
interpretaron que los buenos oficios estaban por ese lado.
Samper respondió aconsejando que cuando alguien fuera a hablar con el
Presidente llevara grabadora.
La siguiente movida fue con Turbay, con quien se reunió días después para
demandar su apoyo. A partir de ese encuentro Turbay se desinfló y se alió
con Uribe. Semanas después anunció la creación de Patria Nueva, empresa por
la reelección que lideró hasta el día de su muerte.
Gaviria, quien al abandonar la OEA había anunciado que nunca se le
atravesaría a Uribe, dio reversa tras las afirmaciones del mandatario en
Miami (octubre del 2004) en el sentido de que su gobierno no extendería
indultos como los otorgados al M-19, sin importar sus relaciones con el
narcotráfico. Gaviria se sintió señalado, pues durante su gobierno el
Congreso otorgó ese perdón. Pero lo que más hirió a Gaviria fue ver que
Uribe nunca desautorizó los insultos que Fabio Echeverry, desde la Casa de
Nariño, lanzó contra su administración (1990-1994).
En medio de estas disputas se reencontraron Gaviria y Samper. Después de 10
años de distanciamiento y de pullas recíprocas, se cruzaron a principios de
diciembre pasado en la presentación del libro La Historia de las Guerras, de
Rafael Pardo. Samper asistió al acto, pero se fue rápido. Entonces Juan
Fernando Cristo y Pardo le dijeron a Gaviria que aceptara un desayuno con
Samper y este admitió sin rodeos.
El encuentro se produjo a mediados de diciembre en Casa Medina y el acuerdo
de Samper y Gaviria se cerró con estos puntos: consulta popular para escoger
candidato presidencial, elección de jefe único e ingreso de Enrique Peñalosa
y Rafael Pardo a la consulta para hacerla competitiva. Un punto implícito en
el acuerdo fue que Gaviria buscaría la jefatura, pero Samper se haría a un
lado, no sería protagonista.
El desayuno desencadenó una pelea entre Samper y Serpa. Este último supuso
que el ingreso de Peñalosa a la consulta era una jugada de Samper en su
contra, una deslealtad.
La respuesta de Serpa fue oponerse a la jefatura única de Gaviria que Samper
apoyaba con ahínco.
Samper, quien consideraba que había hecho un “sacrificio” por aproximarse a
Gaviria en busca de la unidad del Partido, consideraba perdido su esfuerzo
si Serpa se negaba a aceptar la jefatura única de Gaviria.
Por cerrarle el paso a Gaviria hacia la jefatura y ganar espacio propio,
Serpa se radicalizó contra Uribe y obligó a Gaviria a irse al extremo.
Gaviria fue elegido jefe del Partido, contra la voluntad de Serpa, pero al
costo de convertirse en radical antiuribista. Si no, habría sido derrotado.
Desde entonces Samper y Serpa apenas se hablan.
En la radicalización contra Uribe, Gaviria se reencontró con López,
archienemigo de la reelección. López archivó los reparos a la apertura
económica de Gaviria y se unió a la cruzada por el rescate del partido
anunciando que volverá a la plaza pública.
El acercamiento de López y Gaviria coincidió con la ruptura de dos viejos
amigos: López y Samper.
Como maestro y discípulo López y Samper participaron en diversas empresas
políticas comunes. En 1982, cuando se enfrentó a Belisario Betancur en busca
de la reelección, López nombró a Samper como su jefe de campaña. Tras la
derrota –dicen testigos– Samper le reclamó a López: “Si me hubiera ido con
Betancur, ahora sería ministro”. A lo cual López habría respondido: “Y yo
habría sido Presidente”.
Pero López y Samper tenían un acumulado negativo que estalló en pedazos por
la entrevista que Samper concedió a EL TIEMPO el domingo pasado, en la que
sugirió que López es “anacrónico” por proponer el retorno a las plazas.
En ese acumulado negativo se recuerdan tres hechos: en 1994 Samper prometió
a López que nominaría a Alfonso Gómez Méndez para la Fiscalía y faltó a su
compromiso. En respuesta, López no asistió a la posesión de Samper; después
nombró como embajador a Carlos Gustavo Arrieta, quien como procurador había
enfilado baterías contra Alfonso López Caballero, por supuestas
irregularidades como ministro de Agricultura; y por último, López cree que
Samper solo quiere utilizar el Partido Liberal para hacerle favores a Uribe.
López, a sus 93 años, inició ayer en Bucaramanga el retorno a las plazas que
Samper considera “ánacrónicas” y continuará por otras regiones del país,
junto a Gaviria, menos cerca de Serpa, pero muy lejos de Uribe y de Samper,
en lo que parece ser el mayor desafío de su vida: recuperar el poder para el
Partido Liberal.
La entrevista de Samper con EL TIEMPO el pasado domingo provocó la ira de
López, una felicitación de Uribe y gran preocupación en Gaviria.
GUERRA VERBAL
De López para Uribe
-“ La divisa de ‘la no violencia’, que costó la vida a Gilberto Echeverri
y Guillermo Gaviria, debe servirnos para desarmar sicológicamente a los que
conciben la política como una legitimación de delitos” .
López para Samper
-“Está cuestionado por sus conexiones con personas indeseables que
contribuyeron a su campaña electoral”.
-“No es una necesidad del Partido hacerse cargo de la situación del doctor
Samper (...) Él es un pasivo del partido”.
De Gaviria para Uribe
-“Tenemos que desconfiar de esa pretensión de omnisapiencia y omnipresencia
del candidato Presidente ”.
-“Uribe dispensa favores, ofrece dádivas y créditos, y menoscaba las
lasinstituciones...”
De Uribe para Gaviria
-“Gaviria es una prueba de que puede más el sectarismo que el compromiso
con Colombia”.
-“Espero que Gaviria pueda ir ahora a Valencia, Córdoba, así como Serpa no
pudo entrar al Caguán hace 3 años".
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