Ramírez, destacado por su lucha contra el narcotráfico desde su cargo como jefe de la sección antinarcóticos de la Policía Nacional, murió el 17 de noviembre de 1986 víctima de un atentado, en la carretera que comunica a Mosquera con Bogotá, en inmediaciones del puente sobre el río Bogotá.
La decisión guebernamental se conviritió en un reconocimiento a la labor realizada por el coronel Ramírez, en la lucha contra las drogas, luego del asesinato del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla.
El oficial iba a ser ascendido al grado de Brigadier General el 10 de diciembre de 1986, pero la muerte lo alcanzó un mes antes.
El día del asesinato, el coronel regresaba de paseo con su familia en el vehículo Toyota de placas AC 0677, cuando varios hombres que se movilizaban en un Renault 18 color verde, de placas KF 4491, dispararon en repetidas ocasiones contra el automóvil del coronel. El oficial perdió el control del automotor, que fue a estrellarse con una roca. Los asesinos llegaron al sitio y lo remataron.
Ramírez se destacó por dirigir la operación Yarí, el más duro golpe que ha dado la Policía Nacional a los carteles de la droga, cuando se logró el allanamiento de la finca Tranquilandia, en marzo de 1984, y fueron capturadas cerca de 50 personas que se encontraban en el lugar.
El oficial se desempeñó, además, como jefe del F-2 en Bogotá, y se caracterizó por su labor en la colaboración internacional en la lucha contra el narcotráfico.
La determinación de ascenderlo a Brigadier General fue posible ayer luego de una batalla jurídica, porque a pesar de que pocos días después de su muerte la Dirección de la Policía emitió un concepto que sugería este reconocimiento, ese informe fue rebatido con otro en el que se afirmaba que el fallecimiento no ameritaba el ascenso, porque se había producido en actividad .
No obstante, en febrero de 1990 la Dirección de la Policía decretó la nulidad de ese informe y dijo que la muerte de Ramírez había ocurrido como acto meritorio del servicio .
Posteriormente, la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República expidió dos conceptos, en los que confirmaba esta tesis. Así, luego del último concepto, del 10 de agosto, la Presidencia decretó el ascenso a Brigadier General.