Aranceles, cupos, restricciones horarias a los comercios, organismos centralizados, protecciones sectoriales y por lo menos diez impuestos al trabajo y la producción, cayeron por imperio de una norma que consta de 122 artículos y que Menem resumió en un mensaje de 15 minutos por radio y televisión a todo el país.
Argentina no puede esperar ni un minuto más para acceder al crecimiento , declaró Menem ayer a la radioemisora América, de Buenos Aires, al explicar su decisión de no someter esas medidas al Congreso.
A partir de ayer, con la desregulación de la actividad económica y la vigencia de la libertad de los mercados, en el país se podrá negociar libremente cualquier honorario profesional de escribanos, arquitectos y médicos. Los precios de los medicamentos de venta libre podrían bajar hasta un 10 por ciento al no haber limitaciones en los lugares de expendio. Antes se vendían tan solo en farmacias y ahora hasta los supermercados están autorizados a hacerlo.
En el campo laboral, se autorizan las negociaciones salariales por empresa, en vez de por rama de actividad, algo muy resistido por los sindicatos obreros, pero reclamado por los empresarios.
El decreto también eliminó los cupos obligatorios de producción establecidos por determinadas economías y producciones regionales.
También disolvió los organismos gubernamentales que supervisan las industrias del azúcar, el algodón, el tabaco, la yerba mate, el vino, los cereales y la carne vacuna.
A partir de hoy dijo Menem, rompemos la telaraña de un Estado prebendario, asfixiante y arbitrario, que trabó la vida productiva nacional con un conjunto de innecesarias regulaciones .
La decisión del gobierno de sancionar las medidas por decreto, sin mediación del Congreso, indignó a los legisladores de la Unión Cívica Radical (UCR), el principal partido de oposición. El diputado de la UCR, Jesús Rodríguez, dijo que el partido presentará un recurso ante la Corte Suprema de Justicia para que se impida la vigencia del decreto al que consideró inconstitucional .