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BAHÍA SOLANO PACÍFICO ENCUENTRO CON EL MAR

La playa de El Valle es rara. Cuando la marea está alta tiene 80 metros de ancho, pero cuan-do baja hay que caminar unos 250 metros sobre una arena negra y mullida para poder meterse al mar.

La playa de El Valle es rara. Cuando la marea está alta tiene 80 metros de ancho, pero cuan-do baja hay que caminar unos 250 metros sobre una arena negra y mullida para poder meterse al mar.
Además, es larguísima. Caminar por la orilla, de una punta a la otra -desde donde está esa piedra gigante llamada El Morro hasta los acuarios naturales-, representa recorrer 1.756 metros. Exactos y muy bien contados por sus habitantes.
El Valle es un corregimiento de Bahía Solano (Chocó) cuyo principal atractivo está en sus playas y los espectáculos que en ellas se presentan durante todo el año. Estos días, por ejemplo, son privilegiados para la pesca deportiva, a propósito de la temporada de aren-ques, que va hasta junio.
Otros eventos dignos de disfrutar, en silencio, como debe ser, son el paso de las aves migra-torias (entre agosto y enero); la temporada de tortugas golfinas (entre octubre y diciembre); los descrestantes paisajes submarinos que antojan a los buzos internacionales; las gigantes olas que se forman de abril a septiembre para practicar surf -consideradas por el portal especializado globalsurfers.com como unas de las mejores del mundo-; y, por supuesto, de julio a octubre, el paso de las ballenas jorobadas, la máxima atracción del lugar.
Pero también hay mangles, cascadas de proporciones aventureras, acuarios naturales y visita a los lugares aledaños, como la famosa Ensenada de Utría.
De hecho, y como dice Leonidas Restrepo, asesor de uno de los hoteles de El Valle, solo hay dos cosas que a nadie le gustan de esta región: "que debe devolverse a trabajar" y "que todo el mundo sale más gordo de aquí".
Por los alrededores
Hacer caminatas ecológicas en El Valle es muy fácil, pues está rodeado de bosque húmedo tropical. Muy pronto se asoma la iraca, la famosa palma de los crucigramistas, con la que se hacen sombreros, ventiladores y se techan viviendas.
Pero también se ve el afrodisíaco borojó, con el que preparan un jugo de exótico sabor para quienes no están acostumbrados. El secreto para que sirva esta fruta es dejar que caiga al piso, no se debe coger directamente del árbol.
Y está la huina, cuyo nombre lleva una de las más famosas playas de la región. Es un árbol que alcanza los 35 metros de altura y que se utiliza para madera. Su amargo aceite lo utili-zan para untar a los niños y evitarles picaduras de mosquitos.
Sin embargo, la estrella de las especies es conocida como labios de negra . Una flor tan mis-teriosa como divertida, pues sus encendidos pétalos rojos forman una boca perfecta: ancha y carnosa.
La caminata finaliza con una aventura extrema: escalada en un árbol de 40 metros desde cuya copa se divisa todo el panorama: selva, mar y la playa completa.
Hacia otro rumbo
Un panorama diferente se vive rumbo al acuario, que son varias rocas de unos tres metros de alto por seis de ancho, que quedan al descubierto sobre la playa cuando la marea baja. Las olas vienen y van y dejan allí pozos de agua salada con peces de colores, erizos y una que otra estrella de mar. Para verlos hay que caminar unos 20 ó 30 minutos por la playa.
El trayecto es largo, especial para quien quiere tomar la vida con calma, contar los pasos y no pensar en nada. Solo observar el mar a la izquierda y la selva a la derecha, oír el canto de cualquier cantidad de aves y ver cómo se clavan en picada las gaviotas tras un suculento pez que sacan con su pico.
Pero hay otros acuarios, más grandes y poblados, a los que solo se puede llegar buceando. Y hay que hacerlo, porque el panorama submarino en esta región es de fama mundial.
Entre manglares
Un recorrido en canoa por el río Valle, del que el caserío tomó su nombre, es otro descanso. Solo se oyen los remos cuando se sumergen y algunos pájaros que desde lo alto acompañan a los pescadores. Después de unos minutos aparecen las aguas del Tundó, que se une con el Valle para llegar juntos a ese hermoso rito de entrega al mar.
Remontando el Tundó se encuentran los manglares y comienzan a aparecer cuatro de las siete especies que existen en la región. Ahí están el mangle rojo, el blanco, el llamado bu-ñuelo, con su raíz en forma de campana donde se incrustan los moluscos y se resguardan los peces, y el nato (también llamado alcornoque) que alcanza más de 27 metros de altura.
La leyenda de Utría
Todo en la Ensenada de Utría parece de leyenda. El agua es calmada como si fuera una pis-cina, pero honda (entre 45 y 50 metros de profundidad). La ensenada tiene forma de herra-dura de algo más de un kilómetro de ancho y ocho de largo. La punta que da hacia Nuquí se llama Punta Esperanza y la que da hacia El Valle es Punta Diego.
Uno de sus atractivos son las cuatro hectáreas sembradas de arrecifes coralinos. Pero tam-bién la única playa de arena blanca de la región. Su nombre no podía ser otro que Playa Blanca, bautizada igual que las otras dos o tres con la misma característica que Colombia tiene sobre el Pacífico, una de ellas en Gorgona.
Pero la verdadera leyenda es la que explica que "Utría era una indígena a la que un día la mamá no dejó ir a bañar al mar. Sin embargo, no hizo caso y en el agua había un indígena. Por desobedecer, la mamá le echó una maldición y la convirtió en ballena. Desde entonces, cada septiembre ella viene a visitar a su gente".
Bailo la chirimía
"Si uno aquí se queda parado quince minutos, le salen hongos", dice la gente que se queja por la humedad del lugar. Tal vez por eso, a los habitantes les encanta bailar y moverse. Aún más si se trata de chirimía o del sucunduco, dos de los ritmos más populares entre la juventud de la región.
"Un indio bailando, divertido bailaba con su mujer. Dale duro indio, dale con las manos, dale con los pies, dale pues_ El indio borracho, ya cansado de beber, no se podía mover_ El indio se mamó, el indio se casó, el indio está borracho y en su casa quedó", dice un verso de una de las más bailadas. Su nombre, obviamente: El indio.
La clave de la chirimía es mover la cintura y los hombros. Suena muy fácil, pero hay que hacerlo adelante y atrás, con las rodillas un poco dobladas y la espalda arqueada. Y no es lento. Los movimientos resultan tan rápidos y agotadores que parece un requisito que los bailarines sean totalmente elásticos.
Más complicado y fascinante es el sucunduco, un ritmo parecido a la salsa que se combina con algo de vallenato y tambores, muchos tambores.
"Tú no tenés carnet, ni siquiera del Sisbén. Hacete más pa llá, corre lo tuyo p acá", canta El loco del machete. Pero también están Se formó el desorden y San Pacho de verdad, un home-naje al patrono del Chocó.
Esta es la perfecta para enseñarles a bailar a los turistas, por su ritmo cadencioso: "Soy chocoano de verdad, sanpachero de verdad, soy berraco pa bailar_ Vení sardina, vamos a bailar. Vení abuelita, vamos a rumbear. El que no baile se va de aquí, porque San Pacho hasta novio da".
Si usted va
Cómo llegar
*Para llegar a Bahía Solano hay que tomar un vuelo desde Medellín (el precio del tiquete va desde 270.000 pesos, vía Satena o ADA y demora unos 45 ó 50 minutos). Los aviones salen del aeropuerto Olaya Herrera.
*Desde Bogotá, el tiquete en Satena vale 463.000 pesos, y lo puede tomar vía Medellín o vía Quibdó.
*Una vez en Bahía Solano, hay que esperar a que pase la chiva del hotel Playa Alegre, que es la única que llega a El Valle una hora después (en verano), por una carretera que prome-ten arreglar muy pronto, pero que mientras tanto no es más que un camino de herradura. El pasaje vale entre 5.000 y 7.000 pesos, dependiendo del lugar a donde vaya.
Dónde alojarse
*Sobre la playa de El Valle hay más hoteles que viviendas nativas. Uno de ellos, el Ecolodge El Almejal fue reconocido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) como "un ver-dadero proyecto ecoturístico autosostenible en el que la protección al medio ambiente es la prioridad". Según Dawid de Villiers, delegado de la OMT, "el hotel es un ejemplo para adap-tar en cualquier otro lugar".
Tiene unos 20 años de funcionamiento y ahora cuenta con un tortugario, desde donde se han liberado más de 1.200 neonatos de tortugas marinas; vivero de especies nativas, sende-ro ecológico, arquitectura invisible (no interrumpe el paisaje) y metodología zeri (cero emi-siones en todos sus procesos).
Las tarifas de alojamiento, en temporada baja (hasta el 19 de julio), van desde 347.000 pesos, tres noches, en ocupación múltiple. En temporada alta, que coincide con la época de balle-nas (del 20 de julio al 20 de octubre), van desde 382.000 pesos, tres noches, en ocupación múl-tiple (con salida de avistamiento, charla alusiva a las ballenas y una visita a los alrededo-res).
Los precios incluyen, además, alojamiento, alimentación completa, transporte desde el ae-ropuerto, refrigerio de bienvenida y una camiseta.
No olvide visitar
*Desde el hotel salen excursiones guiadas en lancha o a pie a los diferentes atractivos de la región. Algunas están incluidas en el paquete. Las caminatas por la reserva natural de El Almejal, con guía, valen 5.000 pesos; a los acuarios naturales, 4.000 pesos; a la cascada de Playa Larga, 8.000 pesos y la escalada en árboles vale 20.000 pesos.
*Ir en lancha a la Ensenada de Utría, por ejemplo, vale 35.000 pesos, lo mismo que a las cas-cadas de los ríos Chadó y El Tigre y la salida a observar ballenas (si quiere una adicional a la que está incluida en el paquete). Y el recorrido en canoa por el río Tundó, para ver los manglares, vale 17.000 pesos.
Recomendaciones
*En el Chocó hace calor en el día y en la noche hace frío. Y día y noche llueve mucho, al fin y al cabo, es la región con mayor precipitación del mundo. La temperatura promedio es de 28 grados centígrados.
*Lleve ropa cómoda, de algodón y de mangas largas, una chaqueta impermeable que no ocupe mucho espacio, botas pantaneras (en los hoteles las alquilan), medias para las botas, zapatos de buceo, careta y esnórquel (también lo alquilan en los hoteles), tenis o sandalias con correa en el talón, gorro o cachucha, una linterna e implementos de aseo personal.
Además, tenga siempre dinero de baja denominación, pues es difícil encontrar cambio de billetes grandes. Y como siempre, no olvide la cámara.
*Prográmese para la temporada de pesca deportiva (durante los meses de mayo y junio) y para el campeonato que se realizará el 25 de mayo, aprovechando la buena temporada de arenque. Informes: Hotel Marlin Azul, (4) 2844313 (Medellín).
* Invitación de Viajes Chapinero y el Ecolodge El Almejal.
Fotos:
LABIOS DE NEGRA es el nombre de esta flor que se da en los bosques del Chocó. Su tama-ño puede llegar a alcanzar los cinco centímetros de diámetro.
LA PLAYA DE EL VALLE alcanza los 250 metros de ancho, cuando la marea baja. Sirve de campo de fútbol, de cancha de voleibol y hasta de carretera.
EL CORREGIMIENTO de El Valle tiene 8.000 habitantes, que se dedican a la pesca, la agri-cultura y ahora al turismo.
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