Después de la invasión iraquí de Kuwait, el pasado 2 de agosto, el emirato entregó 5.000 millones de dólares a Washington para sufragar parte de los gastos ocasionados por el traslado de soldados y arsenal estadounidense a Oriente Medio.
El director de la Oficina General de Cuentas de EE.UU., Charles Bowsher, ha cifrado los costos diarios de este conflicto, desde que estalló la guerra el pasado 16 de enero, en unos 750 millones de dólares.
Esta semana, Japón se comprometió a aportar 9.000 millones de dólares para ayudar en el mantenimiento de las tropas aliadas acantonadas en la zona del Golfo.
Por otro lado, pese a recelos en algunos círculos intelectuales, los egipcios parecen estar revirtiendo la tendencia árabe de apoyo a Saddam Hussein, gracias en parte a un profundo resentimiento contra Irak.
Algunos fundamentalistas lanzaron un debate insólitamente público en Egipto, donde el Gobierno controla la televisión, la radio y la mayoría de los principales diarios, pero encontraron escaso respaldo. No obstante, el Gobierno no quiere correr riesgos, y mantiene clausuradas universidades, colegios y aun estadios de fútbol, mientras dure la guerra del Golfo.
Incluso, dirigentes islámicos de línea dura se oponen a la captura de Kuwait, y han expresado sentimientos dispares frente a Saddam y su partido Baas, culpándolo de atraer fuerzas extranjeras hacia el Oriente Medio.
Del mismo modo, Basam Abu Charif, consejero del líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, exhortó ayer a todas las uniones de trabajadores, estudiantes y profesionales del mundo árabe para que se pronuncien claramente contra la guerra.
También exhortó para que muestren que la opinión de la región es unánime al respecto, pese a las posiciones que hayan adoptado los líderes de los diferentes países. Esto, en referencia particular a Siria y Egipto.
Entre tanto, el presidente iraní, Alí Akbar Hashemi Rafsandjani, defendió la posición de neutralidad de su gobierno y rechazó enérgicamente ayer los pedidos del sector más duro del régimen islámico para que entre en la guerra junto a Irak, afirmando que sería un suicidio para Irán .