En el aeropuerto Olaya Herrera y en Eldorado, de Bogotá, familiares de las personas que viajaban rogaban por la suerte de los 132 ocupantes, que en su mayoría eran comerciantes que venían de hacer compras en el vecino país.
Sin embargo, ese día no se pudo localizar el avión. Cuando las expectativas estaban centradas en el muncipio de Abejorral, en la mañana siguiente, restos de la aeronave fueron vistos por helicópteros en el cerro El Burro, cerca del municipio de Urrao, en el occidente antioqueño.
Desde ese momento se descartó la posibilidad de encontrar sobrevivientes del accidente, por la forma en que quedaron las partes del avión. Según las autoridades, éste se estrelló de frente contra la escarpada montaña.
Las dificultades climáticas y del terreno hicieron que el rescate de los cuerpos fuera bastante lento.
Desde Urrao se dirigieron varios grupos al cerro. De igual manera, familiares de las víctimas colaboraron con la Policía, el Ejército y las comisiones de la Aeronáutica y SAM en la búsqueda.
En el aeropuerto Olaya Herrera se improvisó una morgue para identificar los cadáveres. Allí llegaron familiares de los ocupantes de la nave desde diferentes partes del país.
Luego de una semana, los organismos de rescate recogieron en 136 bolsas los restos de las víctimas del accidente. Aún quedan por identificar siete personas. Igualmente, se halló parte de la caja negra (voice recorder) que registra las conversaciones de la tripulación.
La zona donde cayó el avión fue declarada ayer en cuarentena para evitar una epidemia.