La sospecha de que el presidente iraquí, Saddam Hussein, podría contar con sus MIG 29, Mirage TU22 y SU25 para un contraataque aéreo retrasaría el asalto aliado por tierra para liberar Kuwait.
El contrato para diseñar más de 300 bunkers, para uno o dos aviones cada uno, formó parte de un amplio acuerdo multimillonario firmado con el Ministerio iraquí de Defensa, el cual contó entonces con el beneplácito del Gobierno británico que prefería que Irak saliera como triunfador de su guerra de ocho años contra Irán.
Los techos de acero de los hangares están protegidos por una capa de casi metro y medio de hormigón reforzado y prácticamente enterrados por dos metros de arena del desierto, por lo que es difícil verlos desde el aire.
Richard Douglas, director de Amey Constructions, la firma que construyó varios de los bunkers para la aviación británica, confirmó que los hangares construidos en Irak son idénticos y que estos son a prueba, también, de ataques con bombas incendiarias Napalm.
Aunque parezca irónico, los iraquíes tienen ahora mismo la mejor defensa británica contra los ataques de aviones británicos Tornados , agregó Douglas.
La táctica que estarían aconsejando las firmas constructoras para atacar los bunkers, según expertos británicos de Defensa, sería la de concentrar los ataques aéreos sobre la puerta corrediza de los hangares, por ser el único punto débil.
Pero eso no será tan fácil, ya que los iraquíes han introducido una innovación propia de los diseños originales británicos consistente en reforzar las puertas con unos 60 centímetros de acero y hormigón que pesan en total unas cuarenta toneladas.
Por lo tanto, según expertos británicos, un misil de un avión estadounidense o británico tendría que ser programado por rayos láser para pasar primero en dirección vertical por el hueco entre la barrera y la puerta y luego en horizontal para intentar cruzar la puerta.