"Fue petacazo seco el que sentimos adentro y en medio de la confusión, nos tropezamos y salimos corriendo, cuando vimos en la calle una polvareda", dijo uno de los empleados de la fábrica de lácteos Klaren s, donde el pasado domingo, a las 9:15 de la noche, estalló un petardo.
Los 15 empleados que en ese momento estaban en la factoría resultaron ilesos y en cuestión de segundos, evacuaron el sitio, que está ubicado en la avenida Salguero, a dos cuadras del Comando de la Policía.
El artefacto, de cinco kilos de explosivos R-1, formaba parte de un atentado más grande; pues a 30 metros, los terroristas habían puesto una pipeta que no alcanzó a explotar.
El comandante de la Policía en el Cesar, coronel Mario José Guatibonza, estuvo presente en el lugar y manifestó que "los terroristas llegaron en un taxi, dejaron los explosivos y luego huyeron".
La detonación dejó un cráter de 80 centímetros de ancho por 30 de profundidad. La onda explosiva destruyó parcialmente el interior del establecimiento, donde están los enfriadores, vitrinas y estantes con los productos de la fábrica. La pared quedó con agujeros y los ventanales de la segunda planta, donde están las oficinas, se rompieron.
Después del hecho, se intensificaron los operativos de registro y control para capturar a los responsables y evitar nuevos hechos que alteren el orden público en la ciudad.