El Gobierno cerraría en los próximos días el negocio de adquisición del nuevo avión presidencial, con la compañía Boeing. La compra se daría gracias a un descuento del 15 por ciento de su valor comercial ofrecido por la empresa area.
Según lo explicaron fuentes del Gobierno, la oferta obedece a la crisis que se generó en las empresas de aviación por los atentados terroristas del 11 de septiembre del año pasado.
El Boeing 757-200 entraría a reemplazar a finales de este año el Fokker 28, avión que está en funcionamiento desde 1972 y que, por obsoleto, saldrá de circulación.
La negociación para la compra del nuevo avión presidencial comenzó después de que el presidente Andrés Pastrana asistiera a la posesión del primer mandatario de Honduras, a principios de este año.
De regreso a Colombia, el presidente hizo escala en El Salvador, donde el presidente de la aerolínea centroamericana TACA le ofreció un avión Boeing por 20 millones de dólares.
Ya en Colombia, el Presidente consultó con Juan Emilio Posada, presidente de Aces, sobre el beneficio de la compra. Después de varias indagaciones, el Gobierno hizo el contacto con la Boeing, donde uno de los altos funcionarios de la compañía es Thomas Pickering, ex secretario de estado para asuntos políticos de la administración Clinton.
Este contacto, además de garantizar la realización del negocio, rebajó el precio del avión a 15 millones de dólares.
El aparato, que ha sido usado sólo una sexta parte de su vida útil, se entregaría máximo tres meses después de haber cerrado la compra. Además sería equipado con un tanque adicional de gasolina, que le daría más autonomía de vuelo.
Sobre la adquisición del 757, trascendió que no sería de contado, y que se utilizaría una línea de crédito directa con la empresa vendedora. Dentro de la cuota inicial estaría contemplado un 20 por ciento de los 15 millones de dólares, es decir, 3 millones de dólares.
Por su parte, la Fuerza Aérea Colombiana ya emitió una opinión favorable sobre la compra y se espera una segunda opinión de Avianca.
El actual avión presidencial debe ser cambiado, ya que a partir del próximo primero de enero todos los aviones llamados de la etapa tres de ruido tendrán que dejar de volar por disposición de la Aeronáutica Civil. Entre estos está el Fokker 28.