A juzgar por la devoción de los creyentes en estos días de Semana Santa, la fe no solo mueve montañas sino que hace que los vendedores de artículos religiosos tengan su agosto en marzo.
(VER GRAFICA: LOS SANTOS MAS BUSCADOS 2001).
De hecho, las ventas de este sector en el primer trimestre del año llegan a los 1.500 millones de pesos y se estima que en el año la cifra podría ser del orden de los 5.000 millones de pesos.
Sin lugar a dudas, los santos encargados de la protección, como San Miguel Arcángel, se dispararon en ventas, especialmente después de que el presidente Andrés Pastrana, le encomendara el país tras la ruptura de los diálogos con las Farc.
San Miguel es el campeón de las ventas este año y dejó en el segundo lugar a San Pancracio, el patrono del trabajo porque ayuda a conseguirlo o conservarlo.
Germán Hurtado Botero, gerente de Dirandina, empresa que vende estampas de los santos en las principales ciudades del país, tiene 18 vendedores y las comercializa a través de los almacenes de cadena, considera quegente ahora prefiere la seguridad al empleo y San Miguel vende el doble de San Pancracio.
Pero el revolcón en el santoral de los católicos colombianos no paró ahí pues unos subieron y otros bajaron. El Angel de la Guarda pasó al tercer lugar. El cuarto lo ocupa el Señor de la Misericordia, otro protector que antes estaba en el tercer lugar.
Entre el 2001 y el 2002, Santa Marta pasó del puesto 18 al quinto. Los creyentes la están utilizando para plantearle todo tipo de necesidades y su famosa de milagrosa ha disparado las ventas.
San Expedito, en cambio, el santo indispensable para conseguir y conservar el dinero, es ahora menos importante. Pasó del puesto 9 al 15. Lo que, según Hurtado, muestra que la gente no cree que la plata le dé la felicidad.
Por temor a las carreteras, la devoción por San Rafael se creció hasta el punto de que estaba en el puesto 23 y hoy, ocupa el décimo.
Detrás de los movimientos del santoral católico en el corazón de sus fieles también se mueven los libros, los discos compactos con música de mensaje, los videos, los rosarios importados y las versiones de bolsillo de diferentes textos religiosos.
El negocio no se limita al mercado nacional. En el país existen ya varias empresas que están exportando hasta un tercio de su producción de artículos religiosos al exterior.