Un análisis arqueológico de las excavaciones halladas por Gerardo Reichel Dolmatoff supone que las montañas del alto Sumapaz, lugar donde hoy en día se levanta el municipio de Cabrera, fueron habitadas por los indígenas chibchas.
Otra montaña ubicada en la vereda La Cascada también demuestra que el pueblo de colonos formado en 1910 no fue el primero en esta zona, como afirma la historia. En la fila de ese cerro se encuentra un camino que a principios del siglo XX fue utilizado por los labriegos para transportar las recuas de mulas cargadas con productos agrícolas.
Ese sendero que conduce al cementerio ancestral, los jeroglíficos, las tumbas y una cueva inexplorada, demuestra la existencia de los pueblos aborígenes de Machamba y Sumapaz, poblados que no conocieron los Visitadores de la Audiencia ni los encomenderos de Pandi, por lo inaccesible de la zona.
Antes de conocer el antiguo camino es imprescindible detenerse en la plaza principal. Allí, como todos los viernes, se presenta un espectáculo digno de admirar: los campesinos cargados de frijol, arveja, tomate de árbol y otros productos agrícolas se toman la plazoleta del parque para ofrecer sus cosechas; mientras esto sucede, las dos calles de Cabrera se llenan de algarabía con la llegada de una chiva y de los camiones de papa y de varios caballos de carga.
Después de observar el Día de Mercado del municipio comienza la travesía hacia el Páramo de Sumapaz. Primero, y un poco antes de salir del casco urbano, aparece el puente sobre el río Sumapaz, construcción que conecta a Cundinamarca con el departamento del Tolima; luego se aprecia la planta de reciclaje, ubicada en la vereda Alto Ariari.
Media hora más tarde aparece la roca tallada que conserva en su manto reliquias arqueológicas de los primeros habitantes de la zona. El sitio ostenta tanta belleza que obliga a hacer el retorno hacia Bogotá por el Páramo de Sumapaz, una ruta que no es recomendable por los problemas de orden público que lo aquejan desde comienzos del siglo pasado.
Años antes de los Mil Días, la reserva fue explotada por cazadores y militantes de las guerras civiles. Luego, cuando terminó la última guerra (en 1901), muchos de los guerrilleros que por allí habían pasado las colonizaron, a tal punto que hoy en día permanecen en ellas.
Sin embargo, este páramo el más grande de Colombia es un sitio para conocer. Sus montes que oscilan entre los 1.500 y 4.300 metros de altura están tapizados con una incontable cantidad de frailejones que ceden paso a algunas montañas vírgenes y a varios nacimientos de agua.
Además de los insuperables paisajes de páramo que resplandecen cuando se fuga la niebla, el Sumapaz es refugio del águila real, el cóndor de los Andes, varias especies de patos y de colibríes, la danta y el venado. Eso no es todo, a la altura del municipio de Pasca, fue encontrada la balsa de oro muisca que representa el rito ceremonial de El Dorado.
Datos del municipio.
Localización: se encuentra al sur del departamento y limita con Huila, Tolima y Meta, está incrustado a 2.560 metros sobre el nivel del mar y a 111 kilómetros de Bogotá.
Geografía: la mayoría de sus territorios son montañosos y en ellos se destacan los cerros Los Tres Moros, Altamizal y Caradezorro. Por su conformación topográfica sus suelos ofrecen los pisos térmicos medio, frío y páramo. Bañan sus suelos las aguas del río Sumapaz, el río Pilar.
Temperatura promedio: 13 grados centígrados.
Economía: Cabrera se ha hecho famosa por la exportación de frijol balu. Su economía también depende de los cultivos de maíz, tomate de árbol y arveja y de la ganadería.
Servicios de Salud: Centro de Salud, teléfono 8689006.
Información turística: Alcaldía municipal. Teléfono .
Emergencias: Inspección de Policía. Teléfonos 8689096.
1. Puente sobre el río Sumapaz.
Inicialmente el poblado se llamó San José de la Cabrera: San José, por el nombre de su donante y Cabrera, el de la quebrada que divide el caserío y desemboca en el río Sumapaz (en la foto). Se dice que el nombre de dicha quebrada proviene de un general de apellido Cabrera que durante la guerra de los mil días acampó allí.
2. Iglesia principal.
Estimuló y dirigió la fundación del pueblo de Cabrera el párroco de Pandi Francisco Antonio Mazo, quien por los años de 1910 solía decir misa allí, en una rústica capilla. Este acto, más tarde, le dio vida al municipio.
3. Parque principal.
Una de las anécdotas que todavía rondan la plaza principal es la de la familia Pardo Roche. Ellos, en 1936, dijeron ser propietarios de un latifundio que resultó ser de la Nación. Este había sido adjudicado a los colonos en el año de 1932 cuando el gobierno estaba empecinado en establecer colonias agrícolas en Sumapaz y parcelar los terrenos baldíos.
4. Cascada.
En el sector del Alto Ariari 10 minutos antes de llegar al casco urbano de Cabrera la empinada montaña que bordea la carretera está decorada con tres cascadas que en invierno son espléndidas y bastante frecuentadas por los habitantes.
5. Cascada Peña Blanca.
Cada una de las 17 veredas que conforman este municipio tienen algún atractivo en particular. Peña Blanca, la primera zona pastoril que hay que atravesar para acceder al páramo del Sumapaz, cuenta con una hermosa cascada. Además, en el río que tapiza la caída los habitantes practican la pesca deportiva y los paseos de fin de semana.
6. Cañón de la cascada.
Información de la vía.
Kilómetros: 111, desde la salida de Bogotá.
Tiempo de recorrido: tres horas y media.
Transporte: a este municipio viajan las líneas de transporte Cootransfusa y Autofusa. El valor del pasaje desde y hacia Bogotá es de 10.000 pesos.
Peajes: en la salida de Bogotá se encuentra el peaje de Chusacá, que tiene un valor de 3.300 pesos y a la altura de Chinauta se encuentra otro con el mismo precio.