El rey Hussein de Jordania llamó el sábado al cese de las hostilidades para brindar una nueva oportunidad a las gestiones diplomáticas. El Senado jordano respaldó ayer el pedido y algunos senadores exhortaron a los árabes de los países aliados a Washington a levantarse y deponer a sus mandatarios.
Sin embargo, mientras el monarca seguía gestionando la paz, cuatro mil hombres jordanos cruzaron voluntariamente la frontera con Irak, y el espacio aéreo fue abierto por primera vez desde el estallido de la guerra. Jordania es el país intermedio entre Israel e Irak.
El líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, el más ardiente partidario de Saddam, viajó a Argelia para debatir la crisis con su presidente, Chadli Benjedid. En un mensaje urgente a los dirigentes europeos y americanos pidió un alto al fuego en el conflicto bélico del Golfo. El mensaje fue entregado a los embajadores de Francia y Gran Bretaña en Túnez, con el encargo de transmitir su contenido a sus respectivos gobiernos y al de Estados Unidos.
La agencia palestina agrega que mensajes similares fueron enviados a la Comunidad Europea, Suecia, Yugoslavia, India e Indonesia.
Arafat, quien mantiene contactos con las autoridades iraquíes desde que comenzó la guerra, destaca la necesidad de convocar una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para tratar de impedir que el conflicto se extienda a toda la región del Golfo.
El presidente sirio Hafez el-Assad fue criticado en su país por enviar miles de soldados a unirse a la coalición concentrada en Arabia Saudita. No obstante las críticas, Siria confirmó su adhesión a la alianza árabe antiiraquí, y sus hostilidades a Irak se fortalecieron luego de los disparos de misiles contra Israel.
Funcionarios occidentales consideran que Siria, el enemigo número uno de Irak entre los árabes, gobernado por un ala rival del partido Baas, es el elemento más frágil de la alianza contra Bagdad, especialmente si Israel entra en la guerra.
Por otro lado, el presidente iraní Hashemi Rafsanjani exhortó ayer a todos los países musulmanes a que cooperen en un esfuerzo para poner fin a la guerra en la región del Golfo. Rafsanjani manifestó que corresponde a todos los países musulmanes realizar esfuerzos para traer un fin inmediato a la actual crisis en el Golfo y mejorar la situación mediante la cooperación .
Sin embargo, Rafsanjani ha subrayado que Irán, vecino de Irak y con el que estuvo en guerra entre 1980 y 1988, permanecerá neutral en el actual conflicto en la región del Golfo. Pero la guerra ha agudizado en Irán las diferencias entre Rafsanjani, considerado un pragmatista que quiere quedarse fuera del conflicto, y sus rivales radicales contrarios a Occidente, quienes sostienen que Irán debe luchar junto con Irak en una guerra santa contra Estados Unidos e Israel.