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CASTILLO DE LA RUMBA

Cuentan que en las noches claras aparecía por el costado norte del Castillo una mujer de estatura descomunal, vestida de negro, cubierta su cabeza, con una criatura muerta en sus brazos y llanto ininterrumpido que deambulaba lentamente por la parte trasera del edificio murmurando palabras ininteligibles, y que luego se sentaba en una piedra.

Pero lo asombroso era, según decían, que a medida que se doblaba para sentarse, las rodillas se iban elevando y creciendo sus piernas, hasta ocultarla totalmente.
A tan terrorífico fantasma los lugareños lo llamaban La Zancona . Y como La Zancona una decena de leyendas de terror se tejieron durante el siglo XX alrededor del Castillo Marroquín, obra arquitectónica encomendada, en 1899, por Lorenzo Marroquín Osorio, hijo del presidente José Manuel Marroquín, al arquitecto francés Gastón Lelarge, el mismo que construyera el Capitolio Nacional.
El Castillo, casa presidencial durante la Guerra de los Mil días y donde se negoció la venta de Panamá, ha sido, en cien años, refugio de políticos, embajadores, novelistas y magnates petroleros.
Pero también de grandes transformadores. En 1952 fue salvado de las ruinas por el médico cirujano, Roberto Restrepo.
Desde hoy, y gracias a la restauración realizada por el arquitecto Francisco Restrepo, será el más grande centro de convenciones del país y, sin lugar a dudas, un exótico sitio para la rumba, como el concierto que se realizará esta noche con seis estrellas del rock de los años 70 y 80 (ver recuadro).
Los cambios
A las paredes originales, de adobe y barro, se les aplicó un liencillo para estucarlas. Los baños, de estilo republicano, fueron decorados con baldosas fundidas una a una en talleres particulares. Curiosamente, los restauradores encontraron que el castillo sólo tenía tres vigas destruidas por el gorgojo.
Para la rumba se crearon tres ambientes. Uno diseñado alrededor de una piscina, llamado Xue - Dios Sol, en Chibcha-, que fue elaborado específicamente para fiestas tipo Caribe y que cuenta con bar y una sala VIP. También se dispusieron varios niveles y uno de ellos cuenta con una pasarela. Sobre la piscina también habrá dos pistas de baile corredizas.
Los otros dos ambientes son los destinados a la rumba europea y al de los conciertos de rock que se realizarán en los jardines y que podrán albergar unas 10 mil personas de pie. El sitio quedó acondicionado para albergar unos 1.300 vehículos. A la salida del castillo se han ubicado 25 reflectores iluminando los árboles y jardines del lugar.
La obra arquitectónica, forjada en piedra labrada, con almenas y torreones, garita, palenque, aljibe, estrechos pasillos y sótanos, ha sido sometida a una restauración minuciosa para la que se instalaron, en su interior, talleres de orfebrería, carpintería, alforja y ornamentación. La cerámica para los baños fue trabajada en talleres satélites.
Parte del mueblaje aristocrático original y las lámparas María Teresa, aún se conservan. También una armadura completa con lanza y espada, que data de 1816, y que perteneció al Rey Fernando IV.
Más de medio centenar de orfebres de Boyacá, Cundinamarca y Valle, han hecho posible el cambio. El diseño de los lavamanos, los mingitorios, las manijas para dar paso al agua, las lámparas, los asientos, las mesas, las barandas, las cenefas y los frescos ha sido concebido por Restrepo en clases de arquitectura a los trabajadores y con apuntes de crayola sobre las paredes del Castillo.
Fantasmas
La historia de la descomunal obra arquitectónica desde donde se avizora el Puente del Común, está llena de supersticiosas consejas. Algunas jocosas, otras truculentas. Se habla, desde tiempo atrás, de monstruos y fantasmas que lo habitan en las noches.
De estos habitantes de la noche en los alrededores del Castillo, hicieron carrera, en épocas en que la luz era el candil y el queroseno, la historia del Jinete sin cabeza , que cabalgaba en un caballo negro, de ojos brillantes como el fuego, cola desmelenada y crines en desorden.
También la del perro que arrastraba cadenas y las almas en pena de dos locas que, en tiempos en que el Castillo fue destinado a frenocomio, se suicidaron colgándose, la una de la baranda del balcón principal, la otra de un árbol de un bosque vecino.
A eso se agrega la desaparición, de forma inexplicable, de doña Trinidad Ricaurte, madre del presidente José Manuel Marroquín.
Cuentan los cronistas de época que en unión de la servidumbre, en el oratorio, en espera de que el patrón diera la señal de comenzar el rosario, aquella se ausentó unos segundos con la excusa de ir por un chal para cubrirse del frío.
Durante semanas fue buscada infructuosamente. El chal fue hallado cerca de la orilla izquierda del río Bogotá. Su cuerpo jamás. La leyenda popular dice que la Doña escapó con la ayuda de un apuesto galán.
Todas estas leyendas alimentaron la maldición del Castillo, maldición reforzada por coincidencias funestas.
En tiempos de La Guerra de los Mil días , el mismo presidente Marroquín fue víctima, desde sus comienzos, de ella. Hasta el comedor del Castillo llegó un terrorista arrojando una carga mortal con tan mala fortuna para el malhechor que el mandatario no se encontraba para esa hora allí, sino haciendo la siesta.
Díganle a este impertinente dijo al escuchar la explosión que estas son horas de dormir .
Cuando la familia Marroquín decidió vender la construcción, los nuevos compradores no pudieron habitarla debido a que los espantos hacían de las suyas. De hecho, y modernamente, pasó a ser cabaret.
Tras varios dueños, en 1970, el señor Guillermo Villasmil, un petrolero venezolano, compró la propiedad y decidió remodelarla y decorarla. La dotó de piscina y habitaciones para invitados especiales.
Villasmil, aprovechando los 79.000 metros cuadrados del predio, levantó un criadero de caballos hoy inexistente del cual salió, entre otros, el famoso Tupac Amarú que perteneció a Gonzalo Rodríguez Gacha. Se llegaron a completar 230 yeguas y 52 machos.
El magnate hizo un recorrido por los anticuarios, desde Puerto Rico hasta Argentina, buscando cada mueble y accesorio. El día de la inauguración, mientras volaba de regreso, su avioneta se estrelló. Villasmil murió.
Casi de inmediato llegó un nuevo comprador sobre el que muchos afirman que durante años pagó gruesas sumas de dinero a una pitonisa, conocida como Alicia, por ayuda del más allá .
Según la leyenda, el personaje tenía en el Castillo dos hermosos percherones a su servicio. Un día aparecieron muertos. Dicen que los mataron para despojarlos de los dientes de oro que aquel les había hecho poner.
Tras ese historial que resume un siglo de supersticiones, quienes han convertido, desde hoy, al Castillo Marroquín en un Centro de Convenciones y de rumba, no dudaron en contrarrestar el mal.
Para el efecto, contrataron a un sacerdote español, el mejor en las lides de espantar malos espíritus, para exorcizar el sitio. Con la ayuda de una mujer, el cura logró enterrar, por todas, la leyenda del Jinete sin cabeza , las almas en pena de las locas, el perro que arrastraba las cadenas y La Zancona , entre otras.
Un testigo de excepción es el arquitecto Restrepo, quien debió dormir allí noches enteras concibiendo el cambio al que sometió al Castillo, ahora de paredes con lienzos templados: El único susto que siento aquí- dice Restrepo- es cuando el contador viene a revisarlo todo .
Concierto de viejos
Bobby Kimball, de Toto; Jimi Jamison, de Survivor; Mike Reno, de Loverboy; Joe Lynn Turner, de Deep Purple, y Mike Thomas, de Starship, están entre las estrellas que albergará esta noche el castillo Marroquín, localizado sobre la margen derecha de la Autopista Norte, a la altura del Puente del Común.
Estos cuarentones, que hicieron vibrar a millones de fanáticos con canciones como Rossane, Eye for the Tiger, Stone Cold y Still the One ,entre otras, decidieron juntarse hace tres años para dar conciertos y ahora tienen sello propio.
Las boletas siguen a la venta en Prodiscos de Unicentro y Hacienda Santa Bárbara, y en Tower Records de Andino y Atlantis Plaza. Los precios son 60 mil pesos para VIP y 40 mil pesos para preferencia.
Habrá tres parqueaderos habilitados, dos de ellos sobre la carrera 7 y el otro en la Autopista Norte. Las puertas del castillo estarán abiertas a partir de las 6 p.m. En el interior se expenderán licores y comidas. Está prohibido el ingreso de bebidas alcohólicas, cámaras fotográficas, grabadoras y equipos de vídeo.
(Diego A. Duke, Código de Acceso)
FOTOS
1-
De casa presidencial a centro de convenciones, el Castillo Marroquín reabre su puertas esta noche con un concierto de rock de los años 70 y 80.
2-
Más de medio centenar de artesanos hicieron posible los cambios a los que fue sometida esta joya arquitectónica construida a comienzos de siglo.
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