Un cerrado aplauso coronó sus palabras. En Chile- actualmente la economía más sólida y estable del continente- , hubo entusiastas reacciones. Pero en Brasil y Argentina la noticia cayó como una bomba, pues con ella los chilenos le daban un soberano portazo al Mercosur cuando todo parecía listo para que ese país se convirtiera en miembro pleno del bloque económico de mayor peso en nuestra región.
Giro difícil de explicar Cuando el socialista Lagos llegó al poder en Santiago, en marzo del 2000, Chile anunció una política internacional que reforzaría sus vínculos con las demás naciones latinoamericanas. Su programa de gobierno decía: el país aspira a profundizar sus vínculos con el Mercosur, que representa una prioridad estratégica para Chile .
Días después, reunido en Berlín con los líderes socialdemócratas de Europa y América, Lagos anunció el inicio de la negociación para incorporarse en forma plena al Mercosur, ya que desde 1996, Chile y Bolivia eran países asociados.
En julio, tras la cumbre del Mercosur en Argentina, Ricardo Lagos efectuó una visita de Estado a Brasilia, y allí anunció oficialmente el propósito de su gobierno de ser uno más del Mercosur, con iguales derechos y deberes.
La decisión se tomó a pesar de que Chile tiene un nivel arancelario promedio mucho más bajo que el del Mercosur y por eso en la ocasión, el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, reconoció que los cuatro países del Mercosur tenían el reto de igualar a Chile en materia arancelaria.
La negociación entre Santiago y el bloque que integran Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay iba tan avanzada, que se especulaba que el anuncio oficial de la incorporación chilena se haría en la cumbre de Florianópolis, programada para mediados de este mes. Qué pasó? Razones de un giro Desde la óptica chilena la respuesta es obvia: los mercados de Canadá, México y Estados Unidos son un plato fuerte que nadie se atrevería a rechazar. Y según palabras del subsecretario de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, Chile tienen una política internacional eminentemente pragmática .
Aunque Muñoz agregó que el sentido estratégico de la inserción de Chile en el Mercosur no ha cambiado , Brasilia no quiere saber nada de Santiago. Y a tal punto, que los brasileños están exigiendo el pago de compensaciones por el abrupto giro chileno.
Pero detrás de esta historia se esconde mucho más de lo que parece. Pues a juicio a analistas consultados por EL TIEMPO en Santiago y Sao Paulo, Estados Unidos le propinó a Brasil un duro golpe a través de su robo del país austral, al que desde 1994 viene prometiendo un ingreso al Nafta.
La aspiración brasileña El economista chileno Hugo Fazio explica que la estrategia que levanta Brasil consiste en fortalecer y ampliar el Mercosur para crear un bloque sólido que pueda negociar en mejores condiciones con Estados Unidos (de cara al ALCA) y con la Unión Europea (muy interesada en el Mercosur) . Y agrega: hay negociaciones en curso del Mercosur con la Comunidad Andina y se viene configurando una agrupación de fuerzas que podría hacerle contrapeso a E.U. Y eso es lo que Washington busca desmontar. Al iniciar las negociaciones con Chile le da un fuerte golpe al Mercosur y a todo el continente, a lo cual Chile lamentablemente se presta .
Una vez más, Estados Unidos se sale con la suya y quiebra la posibilidad de una mayor unidad del continente , reflexionó en Santiago un analista político cercano al gobierno.
En efecto, hace rato que Brasil intenta convertirse por su innegable peso en el centro de un gran bloque regional que pueda hablarle al mundo en mejores condiciones.
La primera cumbre Suramericana, realizada a inicios de septiembre en Brasilia, se inscribe en ese marco y no cabe duda de que al perder a la economía modelo de la región a manos del país más poderoso de la tierra, las posibilidades de que ese sueño se ven seriamente comprometidas.
FOTO SOLEDAD ALVEAR, canciller de Chile.