Tenían otra cerca con parales de cemento desmontables puesta allí hace 40 años por el constructor del barrio Niza Sur. María del Pilar Mejía, Manuel Restrepo y Alfonso Ronderos, de la Junta de Acción Comunal de Niza, dicen que nunca fueron informados de la diligencia.
Durante el corte, la Alcaldesa Local de Suba, Luz Estella Villamil, les explicó que se trataba de un acompañamiento al Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) entidad que estaba realizando un tratamiento silvicultural a los árboles de la zona para construir un parque lineal sobre el canal . La silvicultura trata los cultivos de las selvas o de los bosques, pero no de las cercas.
Villamil dijo que el hecho no tenía nada que ver con diligencias de la Alcaldía. Sin embargo, el IDU aclaró ayer que mediante un derecho de petición, con fecha del 30 de mayo, la alcaldesa solicitó a la entidad proceder a talar unos árboles en zona de espacio público porque afectan la visibilidad de la zona de ronda .
Al parecer, se determinó que los árboles estaban enfermos y por eso finalmente los cortaron. Pero ni siquiera los del comité ambiental de la junta, que les hacían permanente mantenimiento a los árboles, se habían dado cuenta.
Los vecinos nunca recibieron copia de la autorización que debió dar el Departamento Administrativo del Medio Ambiente (Dama) para hacer eltratamientoi con retroexcavadora.
Desde el 30 de agosto, las 96 especies de aves del humedal, cuya presencia la certifica la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO), son resguardadas ya no por árboles sino por los carros que van por la Avenida Suba y cuentan con más espacio público para compartir con las basuras que se empezaron a arrojar en la zona.
La gente del barrio interpuso una acción de tutela por el derecho fundamental al debido proceso para enterarse de los actos que motivaron la tala. Piden la restitución de la cerca viva, amparados en todos los pronunciamientos del Ministerio del Medio Ambiente sobre tratamiento de humedales, cuyo uso, según quedó consignado en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), es principalmente de protección.
A estas alturas, la junta no se explica por qué tumbaron también la verja con parales de cemento si era un tratamiento a los árboles, además de que ésta era desarmable y solo se debía haber pedido su desmonte, de haberlo requerido.
Tampoco entienden por qué, si se trataba de una operación para la restitución del espacio público, se dejó el resto de verja que completa la cuadra. Y menos les cabe en la cabeza el hecho de que una cerca viva impidiera el paso del público al humedal si al fin y al cabo tiene 9 entradas más a lo largo del barrio.
FOTO ALFONSO RONDEROS Y Manuel Restrepo, de la Junta de Niza, no entienden por qué no se derribó toda la cerca. Se quejan por las basuras que empezaron a llegar al humedal.
Felipe Caicedo/EL TIEMPO