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NI SICARIO, NI ACTOR, SOLO UN JOVEN

Buenas tardes a la orden? , dice la voz femenina, con el inconfundible y musical acento paisa. Preguntan a Anderson y se oyen al otro lado de la línea varios tipos de voces, como en cadena, que gritan su nombre. Niños, hombres, más mujeres. Es una casa bien grande.

JIMMY ARIAS
Minutos después llega Anderson, agitado, porque acaba de atravesar el inquilinato en el que vive en una pieza con su hermano de 14 años.
A la orden? , dice la voz de 17 años.
Que la película? Ah, pues muy bacano. Claro que yo me vine a enterar como el sábado por la noche. Pero muy bacano , contesta Anderson Ballesteros, quien personificó a Alexis, el joven sicario de La Virgen de los sicarios, que acaba de ganar el premio del Senado Italiano en el Festival de Venecia.
La cinta, dirigida por el afamado Barbet Schroeder, está basada en la novela del mismo nombre, de Fernando Vallejo, que relata el romance que nace entre un escritor y un joven sicario en el corazón de Medellín.
Barbet describe a Anderson en su diario de rodaje, publicado por la revista Número, de la siguiente manera: ...es realmente extraordinario. Ambiguo, medio ángel, medio demonio, muy carismático, estilo Montgomery Clift de la calle a los 16 años. Su actuación requiere trabajo, pero es inteligente y la cámara lo adora... .
El papelito
Al hablar con Anderson, se hace evidente por qué fue el escogido para el papel. Simple y llanamente porque vive en la calle y está acostumbrado a pelear con ella, así como el personaje de la novela, por eso, al mejor estilo de las películas de Víctor Gaviria, conactores realesi , el de Anderson fue un papel casinaturali , porque sabe cuan difícil es sobrevivir en un medio violento como el de las comunas de Medellín.
Trabajaba vendiendo incienso antes de la película. Por ahí he hecho otros trabajos como vendedor ambulante. Pero nunca nada de actuación, ni nunca me imaginé en estas. Siempre he guerreado la calle. En todas partes.
El año pasado un man en la calle me dijo: tome chino, que están buscando un pelao como de 16 ó 17 años para una película. Yo fui, pero desconfiado, porque no me imaginaba que les fuera a servir. Después me volví a encontrar al man que me había dado el teléfono y me dijo que llamara a Víctor Gaviria, porque les había gustado mi actuación. Y ahí fue , dice Anderson con mucha frescura.
Con la misma informalidad cuenta que fuebacanoi trabajar con Schroeder, porque era unman muy elegantei que entendía especialmente que el no sabía un carajo de actuación, por lo que contó con su apoyo en las escenas más difíciles.
El beso
Qué la más berraca? Uy, la del beso , dice y se echa a reír como no creyendo lo que acaba de confesar. En una escena, su personaje se besa quedamente con el escritor, interpretado por el actor Germán Jaramillo.
En el mismo diario, Schroeder cuenta que entre el equipo de rodaje improvisaron una polla para que diera el mejor beso. Así que alcanzaron a juntar 200 mil pesos, como para estimularlo a hacer la escena.
Fue en el apartamento de Las Terrazas. Muy tenaz. Todo el mundo ahí viendo. Pero también todos me daban energía y valor. Todo el equipo estaba pendiente de que lo hiciera bien. Fueron dos tomas de diez segundos. Y de esas sacaron el pedacito normal, un beso. Le conté a mi hermanito y se cagó de la risa.
Ahora se la pasa gozándome a toda hora. Muchos de mis amigos se han enterado de la película. Mis parceros me vieron por ahí en la calle, en el centro filmando, pero a ninguno le conté lo del beso , dice Anderson, quien a pesar de su aparente rudeza todavía lleva dentro un cándido jovencito, tal vez por eso se apresura a afirmar: No tengo nada contra la homosexualidad, cada quien con su tema no? .
Peligrositos
Si algo quiere dejar en claro Anderson en su conversación con este diario, es que si bien haguerreadoi la calle, como dice, siempre ha tratado de ser unbuen muchachoi aunque haya quienes piensen lo contrario.
Como yo me conozco la ciudad... la calle, pues también les decía en dónde se podían hacer las locaciones y en dónde no. Estuvimos en sitios peligrositos como Enciso y Loreto. Nos la pasamos para arriba y para abajo, durante el rodaje, que duró como 50 días , responde.
En varias cintas Medellín es pintada como una ciudad bastante violenta, lo que para Anderson es una verdad a medias, o por lo menos dice que habla por lo que le ha tocado ver: No se puede catalogar tan dura. Tampoco es relajada la cosa. Porque no se puede negar que hay violencia. Lo que pasa es que así como en la película, aquí nunca se mata por nada. Siempre hay una causa. Una venganza es una causa .
La calle
A Medellín llegó Anderson hace cuatro años de Pereira, en dónde vivía con su familia: Mi abuelita y mis tíos. Mi papá vive en Itaguí. A mi mamá no la distingo . Hace dos años se trajo a su hermanito, al que procura darle lo más que pueda porque dice que es muy inteligente y le va bien en el colegio, por eso prefiere que siga estudiando y no como él, que se salió de estudiar para rebuscarse la plata.
Yo no le tengo miedo a la calle. Uno ve muchas cosas, y por eso sabe a qué atenerse. Sicarios? Sí. Se conoce también a esa gente en la calle, pero es mejor a metros. La regla de la calle es no me meterse con nadie. Conseguir para la comida y la dormida y ya. En la calle uno aprende a valorar todo en la vida, que hay que lucharla hasta el último centavo y hasta el último minuto. La calle le enseña a uno que nada viene así, caído del cielo. Uno no puede ponerse a esperar que le manda mi Dios, hay que luchar las cosas , afirma con la convicción de un viejo sabio.
La muerte
Consciente de que su carrera actoral puede detenerse, dice que por el momento solo está pensando en vender lamoticoi con el horno para hacer pizzas, que compró con parte de la plata que le dieron por el papel de Alexis.
El resto? Pues me lo gasté. Ya se acabó esa hp. Todo tiene su final, la pasé muy bueno. Ahora me voy a poner a hacer otra cosa, no sé, artesanías, de pronto. Claro que espero que me ofrezcan algún papelito para volver a actuar. Muy bacana esa vaina cierto? , dice.
Si no hay oportunidades de seguir actuando, acepta con la mayor simpleza que seguirá viviendo de lo que le ofrezca la calle, peligrosa o no:
Hace poco vi la película esa de Víctor Gaviria, la del pelaito muerto, Rodrigo D. Yo no le tengo miedo a la muerte. Mi Diosito sabrá cuando le quita la vida a uno. Es mejor no preocuparse por eso. Hay vainas que le agitan a uno el corazón, pero fresco, a mí no me lo agita la muerte. Por el momento no me interesa ese paseo .
JIMMY ARIAS
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