Raúl Tejada, miembro de la dirección nacional, advirtió que lo sucedido hace unos días en ningún momento puso en peligro el proceso y debe tomarse como un hecho aislado dentro de una organización que durante 20 años ha realizado acciones guerrilleras y donde existen tantos conceptos y tantas formas de ver las cosas .
Los altos mandos del EPL adoptaron nuevas medidas de seguridad en la zona donde se encuentran, para obstaculizar cualquier hostigamiento por parte de los desertores. Los puestos de vigilancia fueron reforzados en coordinación con las unidades militares.
Los encuentros que estamos realizando en los siete campamentos y que hemos denominado Asambleas de Combatientes, permiten conocer los puntos de vista de cada uno de nuestros miembros y discutir el borrador de acuerdo que se ha elaborado junto con los emisarios del actual Gobierno, aplicando la real democracia que siempre nos ha caracterizado , afirmó Tejada.
El EPL desmintió que quienes se han retirado de sus filas en Campo Giles y Pueblo Nuevo estén integrando el movimiento disidente que lidera Francisco Caraballo o que se encuentren con los movimientos que integran la Coordinadora Guerrillera.
Por su parte Eduardo López, dijo que los incovenientes que inicialmente se habían presentado con entidades como el Plan Nacional de Rehabilitación (PNR) se han aclarado definitivamente y los compromisos empiezan a cumplirse. Los dineros que por alimentos se nos adeuda, la entrega de medicamentos y vestuario para los guerrilleros, se nos va a entregar en los próximos días señaló.
El EPL identificó a algunos de los desertores y precisó que los miembros conocidos con los alias de Abel, Raúl, Jacobo, Wiemar, Willington, Román, Paola, Andrea, Nelson, Fidel, llevaban solo ocho meses en los frentes del EPL, en los sectores del Catatumbo.
Los pobladores de Campo Giles aseguran que allí todo es tranquilo y no se han presentado hechos graves o que pongan en peligro la vida de las 300 personas que se encuentran en el caserío. Manos a la obra Las actividades de producción en Campo Giles, donde se encuentran 155 guerrilleros, comenzó desde hace un mes con el montaje de una pequeña fábrica de calzado deportivo donde laboran 15 personas.
En la empresa laboran seis de los combatientes que tienen alguna experiencia en la fabricación de calzado y está conformada por cuatro máquinas planas y una fileteadora.
La producción es de 80 pares de zapatos deportivos cada semana, que son vendidos en los comercios de Cúcuta, Tibú y Pamplona.
La marca del producto es conocida como Esporli y según el EPL, es muy apetecido el producto en los mercados de la frontera. La inversión fue de 20 millones de pesos inicialmente, pero, según se dijo, después de la firma de los acuerdos y con el apoyo de entidades crediticas del Estado se montará una de gran envergadura en Cúcuta, donde se aspira a tener a más de 40 personas trabajando.