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LA OFENSIVA

Parece haber dado buen resultado la táctica de la sorpresa para iniciar la guerra en el Golfo Pérsico. Es equivocado calificar esta contienda bélica como una tercera guerra mundial. No existe la posibilidad de enfrentar dos bloques, como ocurrió en la primera y en la segunda. Esta es una guerra territorial de muy graves consecuencias, pero no la tercera, donde se verían comprometidos la mayoría de los países del mundo. Los Aliados, y hay que llamarlos así, iniciaron la ofensiva. Aviones de la gloriosa RAF, pilotos al comando de naves con bandera francesa o bombarderos pertenecientes al poderío aéreo norteamericano, golpearon los objetivos militares de Irak y parecen haberles causado un daño que impide a este país cumplir su plan inicial para responder el ataque. No es fácil incursionar en los análisis sobre el desarrollo de acciones militares, porque el secreto rodea los múltiples detalles de las operaciones iniciales. Pasado un tiempo, se conocerá la realidad. Los Aliados afirman h

Como bien lo decía el Primer Ministro de Inglaterra, John Major, en sobrias palabras, no hay que hacerse muchas ilusiones ni creer que el pan está cocinado . Viene la segunda etapa, donde no es difícil esperar choques entre las tropas atacantes y las defensoras de Bagdad. En tierra los combates serán más cruentos. El secreto del éxito consiste en establecer si la aviación aliada consiguió destruir o por lo menos disminuir sustancialmente la capacidad de réplica de la aviación iraquí. Si es así, las tropas norteamericanas tendrán un camino menos difícil para ganar una guerra que parecía demasiado complicada en un comienzo, y que con el transcurso de las horas se va simplificando.
El reflejo de las bolsas de valores en todo el mundo, y en los mercados internacionales, es un síntoma de cómo mejora el panorama. Se pregunta el desprevenido observador: Por qué se atrevió Hussein a hacer afirmaciones tan rotundas como la anunciada réplica inmediata y la toma de represalias a centros israelíes y en pozos petroleros de Kuwait? Bombardeos a las instalaciones de los aliados? Hasta el momento nada de esto ha ocurrido. Ya era tiempo, porque en la guerra la prontitud en la acción es factor fundamental. Estaría cañando ? O la táctica aliada, muy similar a la utilizada por los israelíes en la guerra de los seis días, produjo resultados similares, cuando aniquilaron los planes para destruir a Israel en 48 horas? La guerra comienza y es impredecible cualquier esperanza de pacifismo o la posibilidad de una contienda con pocas bajas.
Qué diferencia con los años 40, cuando los ciudadanos de todo el mundo seguían las sangrientas batallas entre aliados y nazis a través de los periódicos y los comentarios radiales. En 1991 la lucha se metió en las casas. Gracias a la extraordinaria tarea periodística de la televisión extranjera, se escucharon los bombardeos. Se sabe qué está pasando en la calle. Casi se siente el olor a pólvora. En los años 40 la comunicación se conseguía a través del cable o los comentarios radiales, que pasaban la noticia horas o días después de sucedido el episodio. Hoy no. Los ciudadanos, cómodamente apoltronados y a veces disfrutando el espectáculo con cierta morbosa crueldad, calculan los destrozos en Bagdad tan pronto caen las bombas y pueden captar auditivamente --porque las películas lo permiten-- el desarrollo de la batalla. No importan la hora ni la distancia. La tecnología los lleva hasta el propio lugar de los hechos cuando éstos se están desarrollando.
Cuando Vietnam, imperó una absoluta libertad informativa, hoy restringida. Los norteamericanos contemplaron horrorizados cómo morían sus hijos, sus hermanos, sus esposas. La utilización del devastador napalm. Los muertos se metieron en la privacidad del hogar norteamericano. Fatalmente, todo ello condujo a una triste capitulación. En 1942 sabíamos del hundimiento del Graf Spee a las 48 horas. Hoy lo habríamos conocido en el mismo instante en que los cañonazos de la Real Marina Inglesa hundían ese barco de guerra que llenó de orgullo a los alemanes. Los tiempos cambian. Y algo va de los Stukas y Spit fire a esas increíbles naves de bombardeo con que los norteamericanos, franceses e ingleses atacan ahora a Bagdad.
La guerra, cada vez más terrible, se ha convertido en un espectáculo hogareño, como si fuera un partido de fútbol. La gente viaja apresurada al hogar para presenciar directamente cómo va la contienda. Con ello se humaniza? O por el contrario, cobra toda su pavorosa realidad destructiva esa triste tarea que en lugar de cumplir el mandato de amaos los unos a los otros , parece practicar el diabólico lema de exterminaos los unos a los otros ?
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