Algunos medios periodísticos locales asociaron el asesinato de Benítez con las investigaciones del homicidio de Luis Donaldo Colosio, ya que el director de la Policía de Tijuana estaba encargado de indagar sobre los posibles copartícipes del asesino confeso del candidato del PRI, Mario Aburto Martínez.
El asesinato de Federico Benítez López, director de Seguridad Pública de la ciudad de Tijuana, se sumó a la larga lista de violencia que ha envuelto a México en los primeros cuatro meses del año y que ha suscitado el rechazo generalizado de la población.
Benítez López y su escolta, Ramón Alarid, fueron atacados en la madrugada de ayer cuando realizaban un recorrido de rutina por la delegación de La Mesa, en el sur de Tijuana, en la frontera con Estados Unidos. Su vehículo fue cercado por dos camionetas desde las cuales un grupo de sujetos armados, aún no identificados, les disparó con rifles AK-47, conocidos en México como cuernos de chivo .
Alarid recibió un tiro en el cuello y murió instantáneamente, mientras que el director de Seguridad Pública recibió dos tiros en la cabeza y otro en el cuello. Tras ser trasladado de emergencia a la Cruz Roja, falleció una hora después.
Vinculación con Colosio Algunos medios periodísticos locales asociaron el asesinato del director de la policía de Tijuana, con las investigaciones del homicidio de Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de México.
Según las versiones del diario La Jornada, Benítez López participaba en las investigaciones que realiza el Gobierno estatal sobre el homicidio de Colosio y estaba dedicado, específicamente, a indagar sobre los posibles copartícipes del asesino confeso del candidato presidencial del PRI, Mario Aburto Martínez.
Otras versiones vincularon el crimen con venganzas de narcotraficantes que operan desde Tijuana y envían grandes cantidades de cocaína hacia Estados Unidos, y a cuya persecución está dedicada gran parte de la policía judicial de la ciudad.
Las autoridades mexicanas han identificado en esta ciudad fronteriza la sede del llamado cartel de Tijuana, dirigido por los hermanos Benjamín, Ramón y Francisco Arellano Félix.
A los Arellano Félix se les vincula con los mayores crímenes cometidos en los últimos años en México, entre ellos el del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de la ciudad de Guadalajara.
Paradójicamente, antes de ser asesinado, Benítez López participó en la reunión del Consejo Estatal de Seguridad Pública, en la que se acordó luchar contra la delincuencia y dotar de armas de alto poder a la policía local para combatir la violencia que se ha desatado en los últimos meses.