En Colombia, cualquiera que se registre ante una cámara de comercio e incluya la compra y venta de divisas en su razón social, queda autorizado para abrir un establecimiento y ejercer como cambista profesional. Sin embargo, solo 12 entidades dedicadas al negocio están vigiladas por la Superintendencia Bancaria.
Los demás establecimientos son profesionales cambistas, y aunque están en la obligación de facturar y pagar impuestos, es muy complicado vigilar que efectivamente lo hagan.
La diferencia entre las casas y los profesionales, radica en que las primeras, además de vender y comprar divisas, están autorizadas para recibir y enviar giros al exterior, monetizar exportaciones y pagar importaciones. Además, deben reportar toda operación superior a los 500 dólares.
Por el contrario, los profesionales cambistas solamente pueden comprar y vender monedas.
Alfonso Garzón, presidente de la Asociación de Instituciones Cambiarias de Colombia (Asocambiaria), explicó que la confusión que se genera entre casas de cambio y profesionales cambistas ha sido dañina para las primeras, porque dentro de los profesionales hay muchos que son empresas de fachada, que lavan dinero y cuando son descubiertas por las autoridades, ponen un manto de duda sobre todo el sector.
Así mismo, se afectan las personas porque van a un lugar que creen es una casa de cambio y resulta que no lo es , dijo Garzón.
Rodrigo Abella, oficial de cumplimiento de Cambios Lira, un cambista profesional, admitió que entre sus colegas existe mucha informalidad y poco control, y eso afecta profundamente a los que están trabajando de forma legal.
Es una mala fama que nos perjudica a todos los cambistas, porque el sistema financiero nos tienen vedados y no nos deja abrir cuentas, por lo tanto no podemos hacer operaciones con cheque y se complica todo el negocio , sostuvo Abella.
La historia.
Entre 1995 y 1999 todos los comercializadores de divisas eran vigilados por la Superbancaria. En ese momento existían tres tipos de casas de cambio: las plenas, que además de vender y comprar divisas tenían autorización para realizar giros; las cambistas, que solamente podían comprar y vender monedas; y las fronterizas, que únicamente podían negociar con las divisas de la zona de frontera.
En 1999, la Dian se fusionó con la Superintendencia de Cambios y asumió la vigilancia de las casas de cambio, pero en el 2000 la Corte Constitucional declaró inexequible esa medida y estos establecimientos volvieron a manos de la Superbancaria.
Ese mismo año, el Banco de la República modificó la legislación cambiaria y determinó que solo puede haber un tipo de casas de cambio, que además deben ser sociedades anónimas, contar con un patrimonio de 4.286 millones de pesos y manejar una infraestructura adecuada para su operación.
Como consecuencia de las modificadores solamente 12 establecimientos pudieron clasificar como casas de cambio y están en el mercado regulado.
La Superbancaria dice que solo asume la responsabilidad por sus 12 vigiladas y la Dian admite que en este momento los profesionales están bajo su control, pero que esa es una actividad muy difícil de vigilar porque la reglamentación es muy laxa.
Mientras que para ser casa de cambio se exigen muchos requisitos, los profesionales solo necesitan el registro mercantil. Además, los profesionales únicamente tienen que reportar las operaciones superiores a 10.000 dólares, lo que significa que se hay un enorme hueco para el lavado.
A esto se suma la gran informalidad que existe en esta actividad, que incluye locales de fachada y vendedores ambulantes de divisas.
Por ser establecimientos comerciales están obligados a cobrar IVA, pero como son tantos y tan dispersos, es complicado estar pendientes.
Según un funcionario de la Dian, la mayoría de las operaciones fiscales se hacen por denuncias de personas a quienes no les facturaron por la compra o venta de divisas. Sin embargo, este es el contrabando más difícil de controlar porque la infracción se determina en el momento en que se encuentra la divisa y ésta es muy fácil de esconder , sostuvo.
LAS CASAS DE CAMBIO.
Estas son las doce casas de cambio que existen en el país y que son vigiladas por la Superbancaria:.
Intercambio 1A S.A.
- Titan Intercontinental S.A.
- Casa de Cambio Girar S.A.
- Cambios y Capitales S.A.
- Casa de Cambios Unidas S.A.
- Cambio Exacto S.A.
- Pagos Internacionales S.A.
- Cambios Country S.A.
- Cambiamos S.A.
- Univisa S.A.
- Mercurio Internacional S.A.
- Giro América S.A.
NORMAS LAXAS.
Aunque la Superbancaria y la Dian son los organismos de vigilancia del mercado cambiario, el regulador es el Banco de la República.
La subdirección de control cambios de la Dian sostiene que la normatividad de los profesionales cambistas es muy simple y eso hace que para los 140 funcionarios de ese departamento sea casi imposible controlar a todos estos establecimientos.
Ante los clamores por fortalecer las normas, el 14 de febrero pasado el Emisor emitió la Resolución 1 de 2003, en donde establece que los cambistas profesionales están obligados a enviar a la Dian su inscripción en el registro mercantil.
Eso nos facilitará las cosas, porque si encontramos un cambista que no envió la información lo podemos sancionar directamente , dijo un funcionario de la subdirección de control cambios.
Así mismo, la Dian espera que con esta nueva obligación puedan hacer un censo de los cambistas. Según las estadísticas de la entidad en el país hay cerca de 300 profesionales cambistas, pero la Asociación de Profesionales Cambistas (ACP) sostiene que hay 385 legales y 680 piratas.
UN MERCADO LIBERTINO.
En Medellín fue creada la Asociación de Profesionales Cambistas (ACP), con capítulos en Cali y Cúcuta. Sin embargo, sus asociados están buscando crear un gremio nacional que les permita tener mayor representatividad y buscar un cambio en la reglamentación que formalice esta actividad.
Carlos Calle, representante de ACP, dijo que los cambistas legales están muy preocupados por la poca reglamentación que tiene el mercado libre de divisas. El no controlar estrictamente toda la compra y venta de divisas facilita la financiación del terrorismo, el problema de este mercado es que no es libre, sino libertino , dijo.
SEÑALES DE ALERTA.
A la hora de adquirir divisas, una manera de identificar cuáles profesionales cambistas son legales y cuáles no es mirar el precio al cual se ofrece el dólar.
Si la cotización está muy por debajo del promedio de casas de cambio (que en este momento es de 2.800 para la venta) es conveniente sospechar.
Otra manera que recomendaron los expertos es que se la empresa en la cual se hace la transacción no entrega factura ni cobra IVA, es mejor es evitar cualquier negociación, ya que además del delito de lavado, se corre el riesgo de adquirir divisas falsas.
Antes de comprar cualquier dólar barato se debe pensar que probablemente es resultado de la venta de narcóticos o del pago por el secuestro de una persona , dijo Alfonso Garzón, presidente de Asocambiaria.