Las opciones de inversión distintas a los activos tradicionales están ganando terreno en el mundo, en un escenario en que los inversionistas institucionales son más sofisticados, y que hay más posibilidades para encontrar fondeo de proyectos.
Así lo señala el reporte ‘El Futuro de las Inversiones Alternativas’, realizado por el Foro Económico Mundial.
Según el documento, esta industria ha tenido un crecimiento acelerado. De un billón de dólares a finales de los 90, hoy hay más de 7 billones de dólares en activos bajo administración, y se espera que al 2020 alcancen los 14 billones de dólares, distribuidos en un sinnúmero de opciones por medio de fondos de capital privado y fondos de cobertura, entre otros.
El informe identifica al menos cinco grandes modelos de negocio. Habrá administradores globales de activos alternativos, que ofrecerán una amplia gama de productos, con los que buscan rentabilidades por encima del promedio; especialistas por región y/o industria que atenderán nichos, fondos que buscarán financiación entre inversionistas individuales, inversionistas en empresas nacientes y fondos de fondos.
Hay varios elementos que soportarán este crecimiento. Por un lado, está el crecimiento de las economías emergentes, que ha permitido que la torta crezca. Igualmente, los cambios en la regulación y las bajas tasas de interés han ayudado a estas alternativas a crecer.
Y aunque nuevos productos entrañan nuevos riesgos y desafíos en gobierno corporativo, el informe menciona beneficios tanto para el mercado de capitales como para el sector real como liquidez, innovación, capital de largo plazo con menores costos de transacción, mayor crecimiento, nuevas fuentes de empleo e incluso más productividad.