El mismo autor que se suicidó con un cóctel de pastillas en 1977. A John le gustaba tocar guitarra. Le gustaba escuchar a Sui Generis los viernes por la noche...
Ese era John Villamil, el estudiante de segundo semestre de Artes Plásticas de la Universidad El Bosque que murió durante la realización de un 'performance', o muestra escénica, sobre su interpretación personal de la Bogotá de hoy.
Su muerte quedó en video. Se le ve con los jeans remangados y con los pies metidos en un platón con agua. En el brazo derecho tiene enredada una cadena llena de billetes de 10.000 pesos. Con la mano izquierda sostiene una pequeña hoja. En la cabeza, una bolsa negra anudada al cuello, como si fuera uno de esos estudiantes torturados durante la dictadura de Videla en Argentina.
Y empieza la agonía: la bolsa se infla al ritmo de la respiración de John, nadie en el salón de clases sospecha de que algo grave está pasando, para todos la escena parece normal, hasta que el joven cae desgonzado contra una pared y la bolsa deja de inflarse.
John se desmayó. Lo que parecía una tarea universitaria se convirtió en una tragedia. Brigadistas de la universidad llegaron de inmediato y lo llevaron a la Clínica El Bosque, ubicada a pocos metros del salón donde sucedió el hecho. Allí permaneció con muerte cerebral hasta el domingo, a las 4:20 de la madrugada, hora de su fallecimiento.
"La profesora María le dijo que volviera a hacer ese acto de la bolsa. John ya tenía la nota porque lo había hecho semanas atrás", aseguró Sandra, de 23 años, y hermana de John. La joven afirma que la aseguradora a la que estaba afiliado John no quiere responder porque dice que se trató de un suicidio, a lo que Sandra responde con un "no" rotundo.
"Mi hermano no tenía antecedentes de suicidio. De querer hacerlo, no lo hubiera hecho delante de sus profesores y compañeros de clase", sostuvo la joven, de 23 años y estudiante de administración bancaria y financiera en una institución de la calle 45 con 8a.
Sandra recuerda que la última vez que vio con vida a su hermano fue el pasado lunes, cuando, como de costumbre, John la esperó a que llegara de la universidad en una esquina de El Refugio, el barrio de Suba en el que vive la familia Villamil.
Uno de los más afectados por la ausencia del universitario fue Sebastián, otros de sus hermanos. Ambos pasaban interminables tardes llenas de música. Sebastián, quien sufre una discapacidad auditiva, no tenía problema en tocar la batería mientras John interpretaba la guitarra.
John se había convertido en el hombre de la casa desde que su padre, hace año y medio, murió de cáncer. Sus familiares dicen que era un ser muy especial, entregado a la lectura de obras como ¿Satanás', de Mario Mendoza y 'Opio en las nubes', de Rafael Chaparro. También era amante de las pinturas de Joan Miró y seguidor de The Beatles.
El estudiante permaneció desde el martes pasado, en la mañana, en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica El Bosque bajo el diagnóstico de muerte cerebral. A esa institución llegó sin signos vitales y falleció finalmente el domingo.
Luis Arturo Rodríguez, directivo de la Universidad El Bosque, le dijo a ELTIEMPO.COM que no hubo negligencia por parte de la institución.
"A él se le dio la atención inmediata que requería y fue trasladado a la Clínica El Bosque, localizada a pocos metros del salón donde ocurrió el accidente", explicó Rodríguez, quien señaló que todo se trató de un ejercicio que el propio muchacho había ideado después de hacer un recorrido por varias zonas de la ciudad.
El hecho es materia de investigación por parte de la Fiscalía. El cuerpo del joven permanece en estos momentos en Medicina Legal y se espera que sea velado este martes en una funeraria de la carrera 11 con calle 69.
FABIÁN FORERO BARÓN
REDACTOR DE EL TIEMPO