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Con un discurso comprendido por retos económicos y sociales se posesionó Juan Manuel Santos

"La palabra guerra no está en mi diccionario", dijo el nuevo presidente de Colombia en su posesión. Desde Caracas, Hugo Chávez aseguró que está dispuesto a "voltear la página" y reunirse con él.

"Yo estoy dispuesto a voltear la página completa y mirar hacia el futuro. Estoy dispuesto, presidente Santos", expresó Chávez en un acto político, transmitido por la televisión estatal VTV.
"Si él (Santos) no puede venir en los próximos tres o cuatros días, yo estaría dispuesto a ir a una reunión en Colombia", indicó.
En su discurso de posesión, Juan Manuel Santos, al referirse a las relaciones de Colombia con sus vecinos, afirmó que "quien diga que quiere la guerra se ve que no ha tenido nunca la responsabilidad de enviar soldados a una de verdad".
"He tenido esa responsabilidad; yo he enviado a nuestros soldados, infantes de marina y policías a combatir el terrorismo; yo he consolado sus viudas y huérfanos, y sé lo doloroso que es esto", afirmó.
"Por eso quiero ser muy claro en este punto tan delicado, porque, antes que soldado, he sido diplomático", agregó, al confirmar que una de sus prioridades será reestablecer lals relaciones con Ecuador y Venezuela.
Además, agradeció las labores de mediación de varios países con Venezuela, pero dijo que prefiere un diálogo "franco y directo".
Los pobres  fueron los destinatarios especiales del mensaje de redención enviado por el presidente Juan Manuel Santos al jurar como el mandatario número 59 en la historia de la República de Colombia.
En su discurso, Santos habló de las metas que tendrá durante su periodo, haciendo especial énfasis en la importancia de generar empleo para lograr una mayor equidad social. "A los pobres no les fallaremos", dijo.
"Si superamos el desafío de la pobreza, el potencial intelectual y económico de Colombia despegará como una fuerza incontenible", aseguró el nuevo mandatario de los colombianos.
"Cuando dije en mi campaña que el mío sería el gobierno del trabajo, trabajo y más trabajo, no eran palabras vanas", aseguró. "Nuestra meta es bajar el desempleo a cifras de un dígito, así como apoyar el emprendimiento de los colombianos para que surjan más empresas rentables y generadoras de trabajo", añadió.
Respaldó la propuesta del Partido Liberal de dar incentivos a quienes contraten a los jóvenes que ingresan al mercado laboral. "Con el tren de nuestra economía avanzando a toda
marcha, cumpliremos nuestra promesa", dijo.
Anunció la implantación de herramientas tecnológicas de última generación y educación bilingüe en las escuelas del país. También se comprometió a crear un millón de nuevas viviendas para sectores menos favorecidos.
"Soy un convencido de la necesidad de la inversión para generar desarrollo y empleo, y por eso mi administración, siguiendo los lineamientos de confianza inversionista del Gobierno del presidente Uribe, será amigable hacia la inversión, con reglas claras y estables", dijo.
Según el nuevo mandatario, los inversionistas de nuestro país y del mundo deben saber que en Colombia siempre encontrarán confianza y tierra amiga.
Acto seguido, se refirió a la guerra interna que vive el país y dijo que "es posible una Colombia en paz y sin guerrilla".
"Mi gobierno estará abierto a cualquier conversación que busque la erradicación de la violencia", dijo.
Su mensaje, dirigido "a los grupos armados ilegales que invocan razones políticas y hoy hablan otra vez de diálogo y negociación", fue claro: "La puerta del diálogo no está cerrada con llave".
También recordó su promesa de campaña para apoyar a  los desplazados, recuperen tierras y vuelvan a sus sitios de origen.
Durante su discurso, Santos hizo una exaltación de la labor del ex presidente Álvaro Uribe, de quien dijo devolvió a los colombianos "la esperanza" y sentó las bases para un país próspero.
"Quiero rendir también un tributo especial, un homenaje desde el fondo de mi corazón, a un hombre que brillará en la historia patria como aquel que devolvió a los colombianos la esperanza en el mañana y la posibilidad de recorrer sin miedo nuestro hermoso país", señaló Santos.
Agregó que las próximas generaciones descubrirán "con admiración que fue el liderazgo del presidente Uribe" el que sentó las "bases para un país próspero y en paz en que vivirán".
A juicio de Santos, Uribe "es un colombiano genial e irrepetible", e insistió en que él y su familia "dejaron un país donde es posible hablar de progreso, de prosperidad, de futuro y de paz".
Santos, en uno de los momentos más aplaudidos de su discurso, se mostró orgulloso de haber heredado el legado de Uribe y proclamó que luchará "por consolidar y acrecentar su inmensa obra de Gobierno".
La ceremonia
La ceremonia comenzó a las 3:40 p.m. con la presencia de una veintena de jefes de Estado y Gobierno.
Entre los más de 5.000 invitados se encuentran representadas 107 delegaciones internacionales, según los últimos datos aportados por la cancillería colombiana.
"Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia", respondió Santos cuando el presidente del Congreso, Armando Benedetti, le tomó el juramento y le impuso la banda presidencial.
Inmediatamente, el nuevo mandatario le tomó el juramento a su vicepresidente, Angelino Garzón, mientras al fondo se escucharon 21 salvas de cañón.
Enseguida, en su discurso, Benedetti defendió el fondo de compensación regional y dijo que el "Ejecutivo y el Congreso coincidimos en la preocupación por las regiones del país".
La propuesta consiste en redistribuir el presupuesto nacional de regiones 'ricas' a  las zonas más deprimidas del país.
"El proyecto de ley que anuncié en mi discurso del 20 de julio no tendría obstáculos", dijo.
Según el congresista, si dicha ley se implementa con la celeridad y firmeza que la ocasión impone, esta  legislatura y el nuevo  Gobierno recibirán de inmediato el crédito de haber propiciado un  acto histórico,  en términos de democracia, de igualdad, de  cohesión social y de desarrollo.
Luego, Benedetti alabó los méritos de Uribe en materia de seguridad y dijo que el saliente presidente es un "fenómeno universal de opinión política irrepetible".
El presidente del Congreso destacó que en Colombia "los umbrales de tolerancia a la desigualdad son escandalosos" y dijo que "nuestras políticas para combatirla carecen de la fuerza y la eficacia que requerirían".
"La buena noticia es que el presidente Santos, su ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, y sus asesores más cercanos comparten esta preocupación sobre las desigualdades sociales y regionales".
Tras agradecer a Uribe por su gestión, Benedetti cerró su discurso diciendo: "el país puede estar tranquilo con usted, presidente Santos".
Los invitados
A las 2:30 p.m. se hicieron presentes los 22 magistrados de la Corte Suprema. Los siguió el ex presidente Andrés Pastrana. Unos metros más atrás apareció el ex candidato presidencial del Partido Verde, Antanas Mockus, acompañado únicamente de su ex secretaria privada Liliana Caballero.
Pero la figura que más llamó la atención y quien arribó poco después de las 2:00 p.m. fue Amparo Grisales, quien entró saludando al mejor estilo de cualquier gala.
Los últimos invitados en llegar al país fueron el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, y el presidente de Ecuador, Rafael Correa. El presidente chileno, Sebastián Piñera, no asistió a los actos, pues tuvo que volver de urgencia a su país.
El motivo es que debe atender al resultado de las tareas de rescate de los 34 mineros atrapados en un yacimiento del norte de Chile.
"Queremos extender nuestra mano cariñosa a todo el pueblo de Colombia. Venimos con la mejor disposición de avanzar y de trabajar viendo al futuro", dijo Maduro al llegar a Bogotá a eso de las 10:56 de la mañana.
Por su parte, Rafael Correa, presidente de Ecuador, aterrizó a las 10:49 de la mañana y también envió un saludo a Colombia y al presidente electo: "Buenos días, Colombia, reciban un abrazo fraternal. muchísima suerte en este nuevo período de Gobierno", dijo a los medios en Catam.
Santos, su esposa e hijos, así como algunos asesores cercanos, asistieron a una misa en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería.
Y faltando pocos minutos para las 3:00 p.m., emprendieron la tradicional caminata que los presidentes electos acostumbran, desde allí hasta la Plaza de Bolívar, antes de prestar juramento.
Sesión en el Congreso
A la 1:10 p.m. el Senado definió una comisión de protocolo con 17 de sus miembros, de 'la U', el conservatismo, el liberalismo, Cambio Radical, el Polo y los verdes, para acompañar al nuevo mandatario en su posesión.
En la sesión, convocada para a 1 p.m., la plenaria del Senado aprobó la solicitud hecha por el saliente presidente, Alvaro Uribe, para salir del país este lunes.
Según la Constitución, los ex presidentes deben pedir permiso al legislativo si quieren viajar al extranjero en el año siguiente al termino de su periodo.  
El objetivo de Uribe sería integrarse a la comisión convocada por la ONU para investigar un incidente cerca a la Franja de Gaza, en la que militares israelíes mataron a más de 10 activistas de derechos humanos.
Detalles de la posesión
El montaje dispuesto fue sobrio, pero buscó garantizar que cada detalle estuviera bajo control. La toma de posesión tuvo su epicentro en una tarima en las escaleras del Capitolio, sobre la cual se instaló una pantalla gigante.
El presidente Álvaro Uribe salió de la Casa de Nariño a las 2:50 de la tarde. Acompañado por el vicepresidente Francisco Santos, su familia y los ministros del despacho, se dirigió a la Plaza de Bolívar.
El mandatario saliente esperó a Santos en la tarima principal, donde se sentó en compañía del vicepresidente saliente, Francisco Santos, el entrante, Angelino Garzón, y los presidentes de Senado, Armando Benedetti, y de Cámara, Carlos Alberto Zuluaga.
En la primera fila de sillas se ubicaron los mandatarios y los invitados internacionales.
Después de que Santos hizo el juramento, intercambió silla con Uribe.
Una vez terminada la posesión, Uribe regresó a la Casa de Nariño atravesando el Capitolio y esperó a Santos en la puerta de Palacio, para entregárselo oficialmente.
Alrededor de 1.200 policías patrullan desde ayer las inmediaciones de la Plaza de Bolívar. Las autoridades realizaban constantes verificaciones sobre la situación de seguridad en locales comerciales, hoteles, parqueaderos y viviendas cercanas a la Casa de Nariño y el Capitolio.
REDACCIÓN POLÍTICA
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