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Editorial / Un sector 'apercollado'

El crecimiento del desempleo, los problemas comerciales con los vecinos y el descenso sostenido de la tasa de cambio, justifican de sobra un recorte adicional en los intereses del Emisor.

Redacción El Tiempo
A lo largo de los últimos días han aumentado de tono las voces de analistas que sostienen que el Banco de la República ha venido cambiando tácitamente de política, por cuenta de su negativa a reducir más las tasas de interés que les cobra a las entidades financieras por darle liquidez y que incluyen directamente sobre el costo del crédito. El tema es fundamental, porque tal como lo muestra no sólo la experiencia colombiana, sino la de decenas de bancos centrales, esta es una de las herramientas preferidas para reactivar al aparato productivo en las épocas de crisis. La lógica es que una disminución apreciable de los intereses les baja a empresas y personas lo que tienen que pagar por los préstamos tomados, mientras alienta a los consumidores y al sector privado a endeudarse, ya sea para la compra de bienes o para el desarrollo de proyectos.
En ese sentido, en algunos países las tasas han bajado hasta el cero por ciento anual, mientras que en otros se han mantenido en niveles equivalentes a los de su respectiva tasa de inflación. Por su parte, en Colombia la junta directiva del Emisor siguió la misma senda a lo largo del primer semestre con lo cual fueron adoptados recortes sucesivos que llevaron la tasa del Banco del 10 por ciento anual en diciembre a 4,5 a mediados de junio. No obstante, en dicha ocasión la entidad fue enfática al afirmar que "con la información disponible hasta el momento, no se esperan cambios (...) en el futuro cercano".
Dicha postura se ha conservado inmodificada hasta la fecha, a pesar de que hay evidencia de un creciente disenso dentro de la junta directiva de la institución. Inicialmente uno y posteriormente dos de sus integrantes -de un total de siete- han compartido la opinión de un recorte adicional, pero han sido derrotados por la mayoría. La razón de fondo que esgrimen es que el aumento en el índice de precios al consumidor ha sido mucho menor de lo que se esperaba. Según la medición más reciente, en agosto la inflación anualizada llegó a 3,13 por ciento, la más baja desde 1962.
Además, el dato mencionado es muy inferior a la meta fijada por el Banco de la República para el 2009, un rango entre el 4,5 y el 5,5 por ciento.
Ante lo acontecido, hay quienes consideran que después de haberse 'rajado' durante dos años consecutivos, el Emisor quiere aprovechar la oportunidad para encausar a la economía nacional en la que considera que es la meta inflacionaria de largo plazo, estimada en 3 por ciento anual. El problema es que dicha actitud implica que la situación se ha estabilizado, algo que no parece haber sucedido del todo a pesar de que también en Colombia han aparecido algunos 'retoños verdes' como el repunte en las expectativas de industriales y consumidores y la mayor demanda de energía. Frente a lo ocurrido, Anif considera que "la actual política monetaria es más bien neutral y no anticíclica, como lo requeriría esta delicada coyuntura económica".
Ese planteamiento tiene validez. Una cosa es que el país haya resistido mejor que otros el embate del huracán venido de afuera y otra es que las cosas estén bien. Tres elementos particulares como son el crecimiento de la tasa de desempleo, los problemas comerciales con Venezuela y Ecuador y el descenso sostenido de la tasa de cambio a niveles inferiores a los 2.000 pesos, justificarían de sobra un recorte adicional en las tasas de interés del Banco de la República. Esa disminución, que debería ser de medio punto porcentual, serviría para enviarle una buena señal a los mercados, justo cuando comienza la recta final del año.
Sin embargo, para que esa opinión triunfe será necesario convencer a quienes piensan, dentro de la junta del Banco, que los intereses ya están en su nivel correcto. La lógica esgrimida por estos es que el declive en el costo del dinero ha sido superior a los cinco puntos porcentuales desde los cifras registradas en diciembre y que incluso la tasa DTF, que sirve de referencia al mercado, está por debajo del 5 por ciento anual. Y aunque eso es cierto, se necesita hacer más. De lo contrario, cobrará pleno valor lo que implica Anif al afirmar que en el escenario actual del mes del amor y la amistad, el que está siendo 'apercollado' en Colombia es el sector productivo.
Redacción El Tiempo
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