Han pasado un poco más de 30 años desde la noche en que Jorge Eliécer Pardo decidió sentarse frente a su vieja maquina remington para comenzar a escribir un libro que comenzó como un cuento largo y que terminó no sólo convertida en una novela corta, sino en un referente obligado de la literatura colombiana, tras abordar con grandes valores estéticos el horror de la violencia de los años cincuenta.
El autor no tenía escapatoria. La historia se impuso al entonces joven narrador que en su infancia vio transitar por las calles de su pueblo natal (Líbano-Tolima) los personajes que más tarde inmortalizaría en el papel.
La novela ha sido traducida a varios idiomas entre ellos al francés, por Jacques Gilard, quien fuera traductor de la obra de Gabriel García Márquez.
"El jardín fue un libro que se me impuso por múltiples factores, no sólo por la imagen que yo tenía del Líbano y de los personajes que veía pasar en mi niñez, sino porque la literatura de la violencia se metió en mi estética misma y tenía que escribirlo inevitablemente", asegura el narrador tolimense, autor también de los libros Las primeras palabras, La octava puerta y Seis hombres y una mujer, entre otros.
Muchos han sido los críticos y ensayistas que han visto en El jardín de las Weismann un referente de las letras nacionales e incluso latinoamericanas.
Ese es precisamente el caso del profesor y crítico norteamericano Raymond Williams, quien sostiene que la novela "es una de las mejores novelas en el muy triste panorama de la Violencia. Siempre la he visto como un objeto finamente construido como un reloj suizo. Incluso si yo dirigiera algún día un taller de escritores para jóvenes principiantes, los dos textos de lectura obligatoria como ejemplos ideales del arte de narrar serían El Coronel no tiene quien le escriba de García Márquez y El Jardín de las Weismann de Pardo".
El tema de la violencia ha rondado la vida y obra del autor de tal manera, que casi podríamos decir que lo ha acechado.
"Yo tengo un gran compromiso con el fenómeno de la recuperación de la memoria, hacer una expedición al olvido, sacar todo lo que han tapado en la historia de nuestro país, yo digo que hay que poner a hablar los ríos, las nubes y a todos los que no han tenido voz en este país sobre el problema de la guerra, el desequilibrio y la violencia misma, es decir el libro de El jardín es tan valido ahora porque los sucesos son iguales, como si el tiempo no hubiera pasado", afirma el escritor.
El jardín de las Weismann fue editada por primera vez en 1979 por la editorial Plaza & Janes, y en adelante ha tenido seis ediciones más en español, una al francés, y una adaptación para televisión que Caracol sacó al aire bajo el nombre de La estrella de las Baum.