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Cultivos con poliza de seguros crecen 30%, pero no alcanzan a ser el 1% del área sembrada en Colombia

Las difíciles condiciones climáticas que padece el país terminaron por convencer a los agricultores de que sí vale la pena contratar una póliza de seguros para sus cultivos.

Mientras a finales de agosto 27.457 hectáreas contaban con esta clase de cubrimiento, un mes después ya eran 35.900. Sin embargo, el cubrimiento sigue siendo bajísimo, pues no alcanza el 1 por ciento del total del área sembrada (4,7 millones de hectáreas).
También creció el número de beneficiarios del Incentivo al Seguro Agropecuario (ISA) otorgado por el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro). Estos suman 5.169 en lo corrido del año, frente a los 1.603 de todo el 2007.
Los subsidios pagados por el Gobierno en el 2008 totalizan 7.807 millones de pesos, de los cuales 4.789 millones se giraron el mes pasado.
Las cifras fueron reportadas por la aseguradora Mapfre, la única que ofrece este producto financiero, que en otra época estuvo a cargo de las estatales Seguros Caja Agraria y La Previsora.
En el 2007 se beneficiaron 14.000 hectáreas de banano, por las que se pagaron 5.100 millones de pesos en indemnizaciones, así como 14.500 hectáreas de maíz en Córdoba, cuyos beneficiarios recibieron 400 millones de pesos. En ambos casos se pagó por la merma en la producción provocada por los vientos.
Este año las coberturas vendidas amparan 2.512 hectáreas de tabaco (variedades burley, virginia y negro) y 20.191 de maíz en Córdoba.
Para las de tabaco se han desembolsado 100 millones de pesos, para paliar los efectos de sequías, excesos de lluvia y enfermedades. A la reparación de los daños en las plantaciones de maíz se han destinado 1.200 millones, debido a vientos e inundaciones.
Actualmente se está negociando con el gremio de los arroceros (Fedearroz) para que incursione en esta clase de coberturas. Sin embargo, un vocero de los cultivadores de la zona de El Espinal (Tolima) manifestó que no hay mucho interés entre ellos, pese a los subsidios que entrega el Gobierno.
Según él, el mejor seguro agrícola que se puede tener en cualquier lugar del país, con lluvia o con sol, es un distrito de riego.
En el esquema diseñado por el Gobierno, se aseguran y se subsidian seis aspectos, todos de orden climático: exceso y deficiencia de lluvia, vientos fuertes, granizo, inundación y sequía.
El productor toma el seguro y recibe como subsidio hasta el 30 por ciento del valor de la prima cuando la póliza es individual y hasta el 60 cuando la suscribe una asociación de productores.
En otras palabras, por cada 100 pesos de prima, el Gobierno gira hasta 60 por intermedio de Finagro. No obstante, a los 40 del productor debe sumarse el IVA causado (16 pesos), por lo tanto el total a pagar es de 56 pesos.
Si el productor necesita cobertura para otro tipo de contingencias, como plagas, malezas o enfermedades, puede conseguirla, pero no es subsidiada.
En general, la suma asegurada está en función de los costos de producción, soportado en el paquete tecnológico, el crédito agropecuario (si lo hay) y el cronograma de actividades del cultivo.
El paquete tecnológico incluye las semillas certificadas, la preparación de suelos, la fertilización y los programas de prevención y control de malezas, plagas y enfermedades.
De comprobarse una pérdida total, se pagan los costos de producción hasta el momento de reportarse el desastre, menos el deducible. La pérdida parcial no se calcula hasta el momento de la cosecha, cuando se nota la merma en la producción y se establece el monto del pago.
En el caso de los cultivos permanentes (banano, palma, caucho y forestales), las evaluaciones para los pagos se hacen  con base en el número de árboles plantados por hectárea y las pólizas son anuales, mientras para los transitorios son por hectárea sembrada y por ciclo de cultivo.
Según un vocero de Mapfre, los seguros agrícolas ofrecen hoy tres fortalezas: los subsidios que entrega el Gobierno; las condiciones de seguridad de las áreas rurales, que han permitido a los inspectores de campo desplazarse a las áreas y verificar las condiciones de los cultivos, y la experiencia que tiene en este campo la compañía, cuya sigla significa Mutual Agrupadora de Pequeñas Fincas Rústicas de España.
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