Opinión / Reflexiones
Prevención en los municipios.
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El mapa de riesgos, además de todas las amenazas originadas en el conflicto armado, el cambio climático, el posible saboteo a los acueductos, los terremotos originados por el permanente choque de las placas que conforman la superficie terrestre, presenta una situación preocupante.
El proceso lento de cambios en la superficie del suelo se agrava en zonas como la Sabana por la perforación de pozos para la floricultura, las empresas ganaderas y algunos acueductos municipales; el proceso urbanizador y la plastificación de los terrenos agrícolas.
Lo anterior se refleja en una disminución del nivel freático, una menor retención de agua y una aceleración de las deformaciones en las rocas que al romperse súbitamente hacen que la energía acumulada se libere.
La Cruz Roja en Bogotá dentro de sus acciones de capacitación viene alertando sobre esta amenaza sísmica para la Capital y las poblaciones vecinas, la urgencia de conscientizar a los habitantes sobre la necesidad de tomar medidas preventivas tales como el Kit de Emergencia Familiar; y como actuar antes, durante y después de un terremoto.
No debemos tener por falta de prevención e información otro Popayán, Quetame o Armero en el país, ni limitar la actividad de prevención a cursillos manejados por el Cuerpo de Bomberos de la respectiva zona o provincia sustentados en un incipiente y limitado mapa de riesgos.
¿Están preparados nuestros pequeños y medianos municipios para afrontar un terremoto, inundación, incendio u otro desastre de alguna intensidad?
¿Cuentan con la infraestructura humana, física y financiera requerida?
La respuesta es no. Una elemental inspección de seguridad nos muestra: municipios sin un solo hidrante para el oportuno suministro de agua al carro de bomberos, el servicio de bomberos es prestado mediante contratos con Cuerpos de Bomberos ubicados lejos del municipio contratante, escasa capacidad de atención de una catástrofe de regular magnitud en los actuales hospitales municipales y regionales, deficientes medios de comunicación entre el casco urbano y las veredas, nacimientos de agua y acueductos sin adecuadas medidas de seguridad, ausencia de planes de contingencia, comunidades sin capacitación en la materia y con desconocimiento de las amenazas a que están expuestas.
Prevenir desastres no consiste en prepararse para atender eficiente y eficazmente la emergencia cuando se presenta. Prevenir debe ser evitar que los municipios crezcan hacia zonas de alto riesgo, es saber manejar el suelo cuando se cultiva y se construye en laderas, es impedir las talas y las quemas, es respetar los nacimientos de agua, quebradas, ríos y aguas subterráneas, es saber manejar las nuevas tecnologías, es construir en forma sismorresistente. Prevenir es evitar que usted y su familia pierdan la vida y los bienes, como resultado de no asumir una estrategia colectiva que integre Gobierno, empresas y comunidades.
Por: Hernando Gaitán
Consultor empresarial