En la situación del Tolima frente a las metas de desarrollo preocupa la improvisación de las administraciones de turno, que no quieren enfrentar responsablemente la tarea impostergable que les corresponde ante un panorama de recesión mundial que nos va a traer dificultades.
El departamento no puede seguirse manejando con criterios de slogan y clientelismo; los dirigentes deben entender que hacemos parte de la globalización, que hoy nos hace victimas del colapso financiero de los Estados Unidos; lo que les impone ahora el reto de saber manejar la situación crítica y difícil que se avecina.
El escenario de la economía internacional indica que al efecto dominó de la recesión, no escapa ninguna economía.
Circunstancias de orden interno como externo, provocarán un menor crecimiento económico aumentando así el desajuste fiscal, haciendo que el gobierno nacional tenga mayores dificultades como consecuencia de los menores ingresos, en razón de la caída de los precios de nuestras exportaciones líderes, como el carbón y el petróleo, a lo que hay que sumarle el costo de la devaluación.
Es así como los tolimenses acostumbrados por los políticos a derivar todo del presupuesto nacional, como si fuera la única fuente de ingresos, tenemos que evolucionar, no podemos seguir perdiendo el tiempo en politiquería.
El reto que tenemos es vencer las fronteras del individualismo, para construir desarrollo a largo plazo de manera más justa y equitativa.
En cuanto al rol empresarial, debemos ser conscientes de que el gobierno puede facilitar condiciones, generar confianza, pero los que tienen que generar riqueza y desarrollo son los empresarios, a través de innovación, búsqueda de nuevas oportunidades, inversiones y gran determinación.
Gustavo Rodríguez
Consultor Desarrollo Económico